Claudia S. Corichi García
La semana pasada conocimos la decisión de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos que México bajaría de la categoría 1 a la 2 debido a que, de los resultados de la auditoría iniciada desde el mes de octubre del año pasado, se concluyó que no se cumple con los estándares mínimos de seguridad de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Cabe señalar, que estas auditorías son practicadas de manera periódica a los países que tienen conexiones aéreas en el espacio estadounidense.
Esta decisión conlleva la imposibilidad para que las aerolíneas mexicanas puedan abrir nuevas rutas o frecuencias a los Estados Unidos, se tendrán afectaciones en los códigos compartidos con aerolíneas norteamericanas y hasta se ha anunciado por autoridades locales la posible cancelación de vuelos con destino norteamericano.
La Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero) anunció que se prevén afectaciones sobre todo en la conectividad con destinos domésticos en regiones donde la industria aérea es una actividad importante para el desarrollo económico y social.
Por otra parte, se prevé que el impacto en las aerolíneas nacionales será proporcional al número de la flotilla con la que cuentan en el país norteamericano o porque tengan un mayor número de códigos compartidos principalmente con aerolíneas como Delta, así como su exposición a vuelos y rutas internacionales, por lo que se espera que las aerolíneas más afectadas sean Aeroméxico y Volaris, mientras que Viva Aerobus y Aeromar se verán menos perjudicadas debido a que su mercado se concentra más en el mercado nacional.
De acuerdo con las cifras de las Encuestas de viajeros internacionales (EVI) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de los turistas internacionales en el mes de marzo 2021, el 78.7% son visitantes internacionales que ingresaron al país por la vía aérea, representan el 78.3% del gasto que realizaron los visitantes internacionales con una derrama económica mensual de 965.9 millones de dólares.
Esta es una decisión muy compleja para nuestro país pues representa un retroceso en el proceso de la recuperación económica tan esperada después de los meses en que fueron decretadas las medidas sanitarias en el mundo y fue casi paralizada no sólo la actividad aérea, sino el sector turístico que trae importantes ingresos a nuestra economía nacional.
Apostar al turismo, hoy se vuelve una prioridad estratégica para reactivar las economías locales y la nacional, pero también es importante no perder los espacios ya ganados a nivel internacional, sobre todo, con nuestro principal socio comercial y país vecino.