​​​MANUEL IBARRA SANTOS

 

​En esa coyuntura de transición y cambios nacionales, a la luz de la historia, resulta importante recordar que hace más de 300 años Zacatecas aportó a la tradición jurídica de México e Hispanoamérica, las bases incipientes de la cultura de la transparencia y del derecho de acceso ciudadano a la información pública.

​La cultura de la transparencia se basa (sobre todo en los Estados democráticos), en los principios ético y jurídico que deben procurar todo gobierno, como una responsabilidad ineludible, para dar a conocer a la ciudadanía, sus acciones en beneficio del pueblo. Y esto sólo se logra a través de los medios masivos de comunicación social.

​Pues bien, fue un excepcional zacatecano quien hace más de 3 siglos, sentó los pilares de lo que hoy conocemos como cultura de la transparencia y el derecho a la información ciudadana, al crear el medio que hizo posible el cumplimiento de la responsabilidad de promover la mayor publicidad a los actos de gobierno.

​Efectivamente, hace 302 años, para ser más más precisos, el primero de enero de 1722, el extraordinario zacatecano Juan Ignacio María de Castorena (1668/1733) fundó el primer periódico impreso de México e Hispanoamérica, único en su tipo, organizado en secciones, titulado La Gaceta México. Antes de esto solo se habían publicado hojas volantes.

​Esta enorme realización cultural al fundar La Gaceta México, por Juan Ignacio María de Castorena (por cierto, con dos doctorados en su currículum) revolucionó la vida de la Nueva España y de Hispanoamérica y de paso (sin proponérselo) sentó los cimientos de la actual cultura jurídica de la transparencia y del derecho a la información pública.

​Tan sólo por esa iniciativa, Juan Ignacio María de Castorena ha sido inmortalizado como un zacatecano universal. Pero acumula en su trayectoria enormes méritos adicionales.

​Fue también rector de la Real y Pontificia Universidad de México, en 1703; editor y promotor de innumerables libros; fundador de la primera escuela para mujeres en Zacatecas y la región; excepcional impulsor de los derechos de la mujer, lo que lo llevó a defender con fuerza, en pleno siglo 17, la presencia pública de Sor Juan Inés de la Cruz, en los espacios de la cultura; y además se desempeñó como un destacado obispo, de gran influencia social y política.

​Hoy es imprescindible abordar el aporte histórico de Zacatecas a la cultura de la transparencia y más aún cuando se ha puesto en el camino la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos personales (INAI), por iniciativa del presidente López Obrador.

​La transparencia, desde su concepción jurídica, es la responsabilidad de todo gobierno (de los sujetos obligados) de hacer del conocimiento público la información derivada de sus actos.

​La transparencia y el derecho a la información pública, tiene al menos 5 funciones: 1).-Evaluar la actuación de los gobernantes; 2).-Fortalecer la rendición de cuenta; 3).-Establecer mecanismos de control ciudadana del poder público; 4).-Detección y corrección de errores gubernamentales; y 5).-Fortalecer y legitimar la autoridad política. O bien lo contrario.

​Con las reformas “lopezobradoristas”, la cultura de la transparencia en México está en la ruta del cambio de piel. ¿Será para bien? Ese es el dilema.

 

​FILÓSOFOS DE LA TRANSPARENCIA:

 

​A través de la historia universal, son tres los grandes pensadores que aportaron sus ideas para dar sustento a la cultura de la transparencia: Kant, Jeremy Bentham y John Stuart Mill.

​ Kant (1724/1804) postuló la importancia de la publicidad como mecanismo para evaluar todo acto de gobierno; Bentham (1748/1832) destacó el rol que juega la opinión pública para generar equilibrios en la función gubernamental; y John Stuart Mill (1806/1873) defendió el derecho a la libertad de imprenta y de pensamiento, como condición necesaria para resguardar la salud de la nación.

 

​REACOMODO DE ELITES EN EL INAI:

 

​A la largo de su corta historia, en el funcionamiento del INAI ha destacado el trabajo de un grupo de hombres y mujeres de origen zacatecano.

​Es evidente que, con el cambio de piel del INAI y su desaparición probable a inicios del próximo Congreso de la Unión, estas élites político/burocráticas, experimentarán un reacomodo radical. Ojalá, les vaya bien.


 
 

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