MANUEL IBARRA SANTOS
La educación en Zacatecas, de acuerdo al sistema de estadísticas escolares del país, se ha caído en sus niveles de eficiencia siete posiciones y pasó, del ciclo escolar 2019-2020 a la fecha, del lugar 21 del ranking nacional de calidad, al número 28. El desplome de la calidad ha sido brutal.
Pero este desplome de la eficiencia escolar en Zacatecas es en realidad más pronunciado y grave en las últimos tres anualidades, debido a que en el año 2021 la posición que ocupábamos en el ranking nacional de calidad era el número 23. Ahora nos colocamos, al iniciar el ciclo escolar 2024-2025, en el lugar 28.
El desplome de la eficiencia del sistema educativo zacatecano se ha manifestado en una dinámica dramática de caída libre que sólo se detendrá con programas efectivos que recuperen los aprendizajes significativos de los alumnos y alumnas de todos los niveles escolares. Esto implica no sólo replicar irreflexivamente los programas federales. Es más que eso.
De acuerdo a los datos estadísticos oficiales de la SEP, Zacatecas ocupa una de las últimas posiciones en eficiencia y sólo estamos por encima de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Veracruz.
Estos bajos indicadores oficiales de eficiencia escolar de Zacatecas reprueban a su sistema educativo, pero también a la autoridad y al gobierno.
Lo primero que tendrá que hacerse es poner un dique de planeación estratégica para detener la caída libre de la eficiencia escolar y luego emprender el camino de la recuperación de la calidad educativa.
La caída de la calidad, no sólo afecta a los alumnos y alumnas de todos los niveles (lo que de por sí ya es delicado), pues los lanza a la vida sin los recursos y el equipamiento cultural necesario de habilidades, aptitudes, valores y actitudes para enfrentar los retos cotidianos.
La cuestionada calidad escolar se impacta, por otra parte, en el desarrollo, en los niveles de justicia y bienestar del pueblo zacatecano. Sin educación no hay prosperidad.
La eficiencia escolar se mide considerando los niveles de ingreso de alumnos al nivel de educación inicial y se contrasta con los indicadores de egreso en enseñanza superior, en un ciclo escolar determinando. Metodológicamente así lo hace la SEP.
Pero hay otros fenómenos recientes que no se han procesado con atingencia y racionalidad en el sistema educativo zacatecano.
Por ejemplo, del 2020 a la fecha, la matrícula del sistema educativo zacatecano ha perdido casi 20 mil alumnos, particularmente en los niveles de educación básica.
¿A qué se debe dicho fenómeno? ¿Será acaso producto del abandono escolar, a la violencia criminal o bien al decrecimiento de las tasas de natalidad?
Cualquiera que sea la causal de la caída de la matrícula del sistema escolar zacatecano, obliga a tomar medidas para reorientar los procesos educativos en la entidad.
Asociado a la caída de la matrícula escolar se registra también la desaparición en su funcionamiento de decenas de escuelas en territorio zacatecano. ¿Cuántos planteles en este periodo han dejado de operar? ¿A qué obedece dicho fenómeno? ¿Es solo una causa o son múltiples?
El total de la matrícula en todos los niveles en el sistema educativo zacatecano ascendía en el año 2020 a 499 mil 666 alumnos, atendidos en 5 mil 220 planteles.
Ahora, en este año, al culminar el ciclo escolar 2023/2024, la matrícula total en el sistema educativo en Zacatecas fue a 477 mil 811 alumnos, distribuidos en 5 mil 166 escuelas de todos los niveles.
En relación a este escenario de bajos indicadores de calidad escolar, se presenta otro dilema: Cómo contribuir a la pacificación de nuestra sociedad, cuando la educación, principal palanca de la cultura de paz, no funciona correctamente.
En la ruta trazada del inicio del ciclo escolar 2024/2025 se requiere hacer un alto y repensar qué se necesita para mejorar la calidad educativa, para que sea la palanca de las transformaciones.
LOS ÚTILES ESCOLARES:
La entrega gratuita de útiles escolares es una buena iniciativa que ayuda a la economía familiar, pero que no abona, necesariamente,“per se”, a elevar la calidad de la enseñanza. Es una estrategia que tendrá que reorientarse y no limitarse sólo a fines del negocio de corte “monetarista”.