Se cumplieron 30 años del asesinado de Luis Donaldo Colosio, magnicidio sin aclarar y que se mantiene en la total impunidad, sin que a la fecha se haya aplicado la Ley a los autores intelectuales de este hecho ominoso que cambio la historia política de México.
Nos encontramos, además, en la ruta de los comicios del dos de junio próximo, que habrán de ser inéditos, porque serán los más grandes de la historia, donde se elegirá a la primera mujer presidenta en la vida nacional, pero también porque se significarán por ser los más violentos de todos.
Veamos sí no: se mantiene en la República la vorágine de los homicidios dolosos, los asesinatos políticos, las desapariciones, las extorsiones, los desplazamientos, las masacres, entre otras expresiones de la violencia criminal.
Efectivamente serán por estas razones las elecciones más violentas en la historia de la República Mexicana.
Según la empresa Integralia Consultores, de septiembre del 2023 a la fecha, se contabilizan más de 182 incidentes de violencia política, entre los que se suman casi 35 asesinatos de políticos.
De la violencia política, estos se distribuyen de la siguiente manera; asesinatos 38%, amenazas 27% y atentados 18.2%.
En la elección presidencial del 2018 se registraron 48 asesinatos políticos; sin embargo, en estos comicios faltan casi dos meses para su realización y ya suman más de tres decenas, lo que hace suponer que se superan las cifras delictivas fácilmente de hace 6 años.
Los Estados del país, donde se tiene el registro de asesinatos políticos, son los siguientes: Guerrero, Michoacán, Morelos, Chiapas, Jalisco, Colima, Estado de México y Zacatecas, entre otros.
Quiénes son los principales actores precursores de la violencia político/electoral. Los estudiosos e investigadores señalan a dos:
1).-Los grupos criminales para intimidar y eliminar la competencia o bien para obtener alianzas que les permita adquirir protección para sus actividades ilícitas, y
2).-Por gobiernos y partidos políticos para permanecer en el poder y perjudicar, así como vencer a adversarios competidores.
Ante este escenario, es obligación del Estado Mexicano actuar de manera eficiente para combatir la violencia criminal y garantizar a los ciudadanos las condiciones para acudir en libertad a emitir su voto en las urnas.
EL CRIMEN POLÍTICO DE UN ZACATECANO:
Se estarán cumpliendo en noviembre próximo 138 años del asesinato político del prócer zacatecano J. Trinidad García de la Cadena (1823/1886), un zacatecano distinguido por sus méritos militares, por defender la soberanía nacional.
Trinidad García de la Cadena fue llevado al paredón de fusilamiento en 1886, en la hacienda La Gruñidora, perteneciente al municipio de Mazapil, por una razón: disputarle la presidencia de la República al dictador Porfirio Diaz.
La trama para asesinar a García de la Cadena la organizaron Porfirio Díaz, su compadre Manuel González, con la complicidad del gobernador zacatecano de entonces.
Durante mucho tiempo el general Porfirio Diaz reconoció la valentía y la inteligencia de García de la Cadena, calificándolo como un mexicano ejemplar. Posteriormente lo consideró como un peligro para sus apetitos desmedidos de poder político y decidió eliminarlo.