Amin es una mujer de 28 años, logró convertir su sueño de ser periodista realidad, todos los días se presenta ante las cámaras para dar las noticias más relevantes del día, el pasado 16 de agosto como todos los días fue a casa, estudió el guion para el programa del día siguiente hasta que el sueño la venció. 

Al amanecer del día siguiente había perdido su empleo, incluso un hombre ya se encontraba al aire, pues las mujeres ya no podrían trabajar más, tuvo que permanecer en casa, pues ahora necesitaba el permiso de un hombre para salir, urgentemente tuvo que conseguir una burka que cubriera todo su cuerpo, por que las mujeres ya no podrían decidir sobre como vestirse, de la noche a la mañana le arrebataron todos sus derechos humanos, dejo de ser una mujer para convertirse en una cosa sujeta a la propiedad de los hombres.

Esta historia se réplica en todas las mujeres afganas, que frente al regreso del gobierno Talibán el pasado 17 de agosto, se encuentran en grave peligro de ser víctimas de graves violaciones a sus derechos, el ambiente que se vive en su país de incertidumbre no permite saber siquiera si podrán seguir estudiando, algunas de ellas como Amin, ya fueron suspendidas de sus empleos hasta nuevo aviso. 

Las mujeres afganas como todas las mujeres han enfrentado una lucha para el reconocimiento de derechos, frente a este régimen pueden perderlo todo, es por esto que los ojos del mundo están puestos sobre Afganistán, pues recordemos que durante el régimen talibán en 1996 las mujeres no eran parte de la vida pública del país, mucho menos de la toma de decisiones a nivel público o privado, es por esto que cientos de mujeres y niñas se encuentran huyendo de su país, incluso México ha recibido cientos de solicitudes de refugió después de la toma del poder de los talibanes. 

Las nuevas normas para las mujeres aún no se encuentran decretadas oficialmente, se han dictado algunos decretos en algunas ciudades, pero el nuevo gobierno en sus discursos han establecido que no construirán un país sin mujeres, sin embargo, la realidad es diferente incluso existen estudiantes universitarias en Kabul que no pueden salir de los dormitorios sin que un hombre vaya por ellas, así que desconocen cuando o cómo podrán salvaguardarse en otro espacio que no sea el campus universitario. 

Algunas de las normas que solían tener los talibanes son las siguientes: 

Las mujeres no pueden trabajar fuera de sus hogares. Esta norma reduce el papel de las mujeres al nivel privado y estereotipa sus funciones meramente de servidumbre para la familia. 
Las mujeres no pueden cerrar tratos comerciales con hombres. Aquí observamos la limitación de las mujeres para poder decidir sobre recursos económicos y toma de decisiones incluso en las finanzas del hogar. 
Las mujeres no pueden estudiar en escuelas universitarias. Esta nueva norma deja a las mujeres fuera de obtener la misma educación que un hombre y refuerza la falsa creencia de que el lugar de las mujeres no se encuentra en las universidades si no en la casa realizando labores domésticas. 
Las mujeres no pueden ser vistas por las ventanas de sus hogares. Esta normatividad invisibilizaba a las mujeres y se enfoca en minimizar su existencia. 
Las mujeres no pueden formar parte de radio, televisión o reuniones públicos. Para este nuevo régimen las mujeres no tienen voz y no deben ser escuchadas. 
Estas son solo algunas de las prohibiciones para las mujeres, es claro que la intención es minimizar su papel en la sociedad, se da un fuerte retroceso en los derechos que ya estaban reconocidos, las decisiones que versan sobre sus cuerpos se trasladan a los hombres, y se quita cualquier posibilidad de participación de las mujeres en la vida pública y toma de decisiones. 

La situación de las mujeres en Afganistán es preocupante, en los derechos de las mujeres no debe darse ni un paso atrás, debemos ser empáticos con lo que esta sucediendo en su país, se imaginan un día de su vida sin derechos, pues ellas lo están viviendo desde el pasado 17 de agosto. Finalmente, aprovecho este espacio para solidarizarme con toda la población afgana, para que pronto puedan restablecer un orden que respete los derechos humanos. 


23 de agosto de 2021. 

M.F. María del Carmen Salinas Flores. 

Tesorera del Senado de la República. 


 
 

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