Claudia S. Corichi García
Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayor beneficio otorgan a la humanidad ya que previenen enfermedades que antes causaban epidemias y muertes a consecuencia de la viruela, poliomielitis o el sarampión; y otras, que también deben ser combatidas como el cáncer cérvico uterino y ahora recientemente el coronavirus que tan sólo en Zacatecas ha registrado 29,417 casos positivos y 2,890 muertes.
Para un gobierno federal y gobiernos locales, es trascendental contar con un Programa de Vacunación Universal porque es un beneficio directo dirigido a la población para protegerla contra enfermedades que son prevenibles a través de la aplicación de vacunas, reducir la incidencia de infección, o incluso debe ser visto como eje central de una auténtica política pública de austeridad para evitar gastos mayores en medidas de tratamiento como medicamentos, terapias específicas y cirugías, o peor aún, costos sociales derivados de la pérdida de vidas.
Por otra parte, es una prioridad y responsabilidad de la ciudadanía generar conciencia y crear mecanismos propios para cuidar de la salud, pues existen modas, razones religiosas, políticas, filosóficas o temores sanitarios que inciden en que la población no se vacune y se generen rebrotes de enfermedades que se pensaban erradicadas. Me refiero por ejemplo al sarampión que presentó un brote epidemiológico el año pasado en nuestro país y que está documentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con 1,364 probables casos en pacientes con edades que van desde los 3 meses hasta los 68 años principalmente en población masculina.
Por ello, hago una invitación a que toda la ciudadanía actúe de manera corresponsable en el cuidado y atención de la salud de nuestra familia, comunidad, estado y país y que participen en la vacunación contra el Covid-19 en la etapa que le corresponda de acuerdo con su edad, sin descuidar la importancia en la aplicación de otras vacunas del cuadro básico que incluye la prevención de otras enfermedades altamente contagiosas y mortales.
Me refiero a la necesaria participación de las y los zacatecanos en la campaña de seguimiento del esquema de vacunación básico que iniciaron esta semana las secretarías de Salud y Educación de Zacatecas, en coordinación con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), para que la niñez de 1 a 9 años acuda a vacunarse tanto en centros de salud y educativos de la entidad.
En esta campaña estará vigente en el estado hasta el 6 de mayo en centros educativos y hasta el 26 de junio en centros de salud donde se estima que se aplicarán 24 mil 092 dosis de triple viral (Sarampión, Rubeola y Parotiditis), 123 mil 899 dosis de la doble viral (Sarampión y Rubeola) y se completarán esquemas de vacunación de Hexavalente, Neumococo y BCG. Vacunar siempre salva vidas y es nuestro derecho.
Asimismo, externo mi preocupación para que los gobiernos no olviden la importancia social de la vacunación contra otras enfermedades, como es el caso del virus del papiloma humano, que fue lamentablemente interrumpida en nuestro país desde el año 2018 por la baja producción de vacunas a nivel global, pero también a la insuficiente difusión y prioridad en el seguimiento en el esquema nacional de vacunación para atender este problema de salud pública, ya que la transmisión de este virus y su terrible consecuencia, cuando el cáncer cervicouterino, puede evitarse en más del 90% de casos, inmunizando a niñas desde 11 años o que estén cursando el quinto año de primaria. El futuro con mujeres sanas, empieza ahora.