Los comicios de junio próximo en México resultarán históricos porque surgirá de ellos la primera mujer presidenta de la Nación y serán los jóvenes quienes con su voto podrán marcar el destino y rumbo de la República. Serán estas, por lo tanto, unas elecciones de profunda carga educativa y pedagógica, si es que se asumen con responsabilidad cívica.

Del padrón total nacional, conformado por 100 millones de mexicanos, el 57% de sus integrantes son personas comprendidas entre los rangos de los 18 a 45 años de edad. Es decir, los jóvenes tendrán en sus manos la definición del porvenir del país.

En un momento complicado de la República, azotado por la violencia criminal y una profunda crisis económica, dos segmentos demográficos, aportarán la capacidad cultural de conducir con su participación al desenlace de las elecciones próximas: 1).-Los jóvenes; y 2).-Las mujeres.

Sin embargo, habrá que analizar que en cada una de las 32 entidades federativas las elecciones tendrán sus particularidades propias. En Zacatecas el escenario será específico, debido a que aquí la lucha será entre tres coaliciones (no en 2 como en el país), lo que de entrada induce en nuestro Estado a una dispersión y pulverización del voto y a una evidente división de la llamada “izquierda” partidaria. Esto traerá múltiples consecuencias y una de ellas será la redistribución regional y municipal del poder político.

En términos generales, las elecciones del 2 de junio próximo en el país pudieran caracterizarse y describirse a través de los siguientes puntos:

1).-Será una elección con un protagonismo inusual de los jóvenes. Del padrón nacional, 27 millones son personas en el rango de 18 a 29 años de edad. Dos millones de mexicanos con 18 años cumplidos, acudirán por primera ocasión a las urnas.

2).-Será una elección altamente feminizada, sobre todo si consideramos que casi el 52% del padrón son mujeres, las que, indiscutiblemente, tendrán una fuerte influencia cultural y de incidencia en la movilización del voto.

3).-Arribamos a este proceso electoral, con un profundo agotamiento, desgaste y crisis de los partidos políticos. Será decisiva entonces la organización ciudadana para determinar el triunfo, factor que le competirá a los tradicionales mecanismos del control corporativo del “voto de la pobreza”.

4).-Serán los comicios más grandes de la historia, no sólo por la magnitud matemática del padrón con 100 millones de mexicanos inscritos, sino porque estarán en juego y disputa más de 20 mil posiciones del poder público mexicano.

5).-Resultarán también estas elecciones, unas de las más caras de la historia. El costo per cápita del voto ascenderá a más de 30 dólares por ciudadano, hasta 3 veces más onerosas que las elecciones de los Estados Unidos.

6).-En las últimas elecciones presidenciales, de 1994 al 2018, el promedio de participación ciudadana en las urnas, ha sido en promedio del 63%. La más elevada presencia de la gente fue en 1994, con una participación del 77%. Sí ahora, se supera la tasa promedio nacional de afluencia de los votantes, entonces indiscutiblemente que habrá alternancia y cambio. Lo contrario implica consolidar la ruta de la continuidad.

7).-Los comicios de este año se habrán de efectuar en un contexto de crispación y polarización, a lo que se agrega un escenario de altos indicadores de violencia criminal en la República, de los que no escapa Zacatecas.

8).-La elección presidencial se definirá fundamentalmente en ocho entidades de la República, las que aportarán en conjunto el 48% de los votos y son: Estado de México, Cdmx, Jalisco, Veracruz, Puebla, Nuevo León, Guanajuato y Chiapas. Zacatecas solo representa el 1.2% de los sufragios.

9).-Por primera ocasión, en un siglo de historia, participa un zacatecano como candidato oficial a la presidencia de la República. El es Jorge Álvarez Máynez.

10).-La presencia del narcotráfico en las elecciones, como lo han denunciado medios internacionales, como el New York Times y The Wall Street Jornal, ponen en alto riesgo los procesos políticos mexicanos.

 

ELECCIONES Y EDUCACIÓN.

 

Las elecciones del 2024 destacan la importancia de elevar y mejorar la calidad de la educación cívica de los mexicanos. Ello es indispensable para construir una mejor sociedad.


 
 

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