México vive ahora uno de sus momentos críticos de definición de su rumbo.
A través de nuestra historia han quedado identificados momentos claros de definición que han cambiado radicalmente la historia de nuestro país.
Así como Miguel Hidalgo tomó la decisión de salir y luchar por la independencia de México, el General Lázaro Cárdenas tomó la difícil decisión de Nacionalizar la industria Petrolera.
El presidente Adolfo López Mateos tomó la decisión de nacionalizar la industria eléctrica el 1º de septiembre de 1960 y advirtió:
“Les devuelvo la energía eléctrica, que es de la exclusiva propiedad de la Nación, pero no se confíen porque en años futuros, algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros.”
En 1939 Manuel Gómez Morín intentó cambiar el rumbo de la historia; acabar con el gobierno del PRI que en ese entonces practicaba una política de apoyo a los ciudadanos mexicanos, intentando entregar los recursos de la nación a los extranjeros, sobre todo regresar el petróleo a empresas norte americanas e inglesas.
No fue hasta que Carlos Salinas de Gortari hizo una alianza con Diego Fernández de Cevallos para saquear al país y entregar nuestros recursos a estas compañías extranjeras.
Acordaron poner en el poder a un panista de orígenes gringos para lo cual había que modificar la constitución ya que en esas fechas la carta magna no lo permitía.
Así es como en 1993 se modifica la constitución para que Vicente Fox Quezada pudiera ser impuesto en el poder, nuestra desgracia ya había comenzado, pero poner a un TONTO en el poder permitiría el saqueo sin mayores problemas para los neoliberales priistas y panistas.
Hoy día se decide entre dejar la industria eléctrica en manos de extranjeros, sobre todo españoles y gringos, o regresar el poder soberano de esta industria a los mexicanos.
Felipe Calderón principal beneficiado económicamente de la entrega de la industria eléctrica, defiende con “VOX”, su plan de saqueo es un ataque feroz, por defender sus intereses y los de Iberdrola y otras empresas.
En próximos días el PRI tendrá que hacer su definición más difícil, lo cual significará su desaparición definitiva de la política mexicana.
De votar en contra de su propia política de los años 30s a 60s, el PRI estaría entregando su partido al PAN, desaparecería el PRI junto con el PRD y solo quedaría el PAN para hacer frente a Morena en las próximas elecciones presidenciales para el 2024.
Es una decisión difícil pero posible, miembros de la cúpula priista podrían brincar al PAN, pero la mayoría de los miembros del PRI terminarían sus carreras políticas.
Para el resto de los mexicanos, lo que está en juego es claro, se deja la energía eléctrica en manos extranjeras para que los costos continúen subiendo como en los últimos años y que desaparezca la CFE, o se NACIONALIZA NUEVAMENTE la industria eléctrica y la del Litio, lo cual garantiza tarifas bajas e ingresos multimillonarios para las próximas décadas, pero ahora para los mexicanos.
¿Veremos la luz al final de nuestro camino?