Hoy más que nunca en México es necesaria la democracia, esa democracia que perdura y supera las adversidades toda una vida.

Muchos seguidores del presidente están rijosos porque ya no aguantan a la oposición haciendo el ridículo con desesperación que enfada, por culpa de la democracia.

Muchos odiadores del presidente están furiosos porque sería mejor no enterarse de que el presidente avanza en su proyecto de cambio y todo por culpa de la democracia.

La minoría de “empresarios” moralmente derrotados porque debido a la democracia ya no son consentidos con millonarias fortunas a cambio de prebendas a los gobernantes.

La mayoría de empresarios preocupados porque hoy más que nunca hay que ser muy competitivos para ganar el mercado que se abre con la democracia.

Muchos comunicólogos comportándose como trogloditas irracionales, porque la población se entera de la realidad del avance en la democracia por otros medios y el vender la difusión publica ya no deja dinero para sobrevivir cómodamente.

Los manifestantes furiosos porque con la democracia ya no se les puede reprimir para acusar de un gobierno represor.

Los gobernadores de los estados de la República mexicana afectados seriamente por la democracia debido a que por primera vez tienen que rendir cuentas de sus acciones y de como gastan el dinero del pueblo, tienen los ojos de la democracia encima.

El pueblo en general hartó de la democracia porque confunde, hay tanta libertad que ya no se sabe que es cierto y que es falso, ¿qué es conveniente y qué no?.

Las familias con serios problemas porque resulta que algún miembro está a favor o en contra de lo que está pasando, debido a la democracia.

Los sectores económicos confundidos porque gracias a la democracia, los mercados financieros mejoran, el valor del dólar baja, la gasolina se vuelve más barata, ya no hay inflación desbordada, hay inversiones reales del gobierno y todo esto confunde a cualquiera, ahora como se especulará si no hay perspectivas de que esto sea como antes.

La oposición cree que no debe existir la democracia, que solo merma sus jugosas utilidades.

Los políticos, agobiados porque ahora si hay que trabajar, sin democracia se simula que se trabaja, la oligarquía impone las acciones.

El poder judicial, pensando como ejercer justicia de verdad, esto si es un reto mayúsculo, si nunca se ha hecho.

Los pobres no la creen, la clase media, confundida y los ricos no la aceptan, maldita democracia.

Con la democracia, los tontos se vuelven locos y las ratas frenéticas.

Entonces, ¿por qué siempre quisimos que llegara la democracia?

Porque pensábamos que sería como una monarquía en donde un Rey bueno nos tendría muy contentos a todos.

Son tiempos de cólera, todos enojados, todos desesperados, todos paralizados, que desgracia.

Y en los estados de la República, ¿para cuándo la democracia?


 
 

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