Mama cundo yo sea grande quiero ser como mi papa o como tú o tal vez como mi abuelo o mi abuela, igual quisiera ser Doctora para curar a los enfermos, o tal vez ingeniera o arquitecta para construir grandes edificaciones que sirvan a las personas, quiero ser médica veterinaria para curar a los animales, quiero ser agrónoma para enseñar nuevas formas de sembrar y cuidar la tierra, quiero ser maestra para enseñar a los niños, los jóvenes y también a los adultos, quiero ser marinera para surcar los mares, quiero ser bombera para salvar vidas, quiero ser militar o policía para proteger a las personas de la maldad que otros hacen, quiero ser gobernante para hacer las cosas diferentes, para que ya no haya injusticias, para que no haya corrupción, para que no haya impunidad, para acabar con la violencia, para que todos tengan igualdad de oportunidades, para ver a mi pueblo producir, desarrollarse y ser una Estado grande; quiero ser, quiero ser.

Pronto muy pronto podré hacer posible todos mis sueños, todas mis esperanzas, todos mis proyectos profesionales y personales, pronto podré ayudarlos a ustedes que han hecho todo para que yo salga adelante, pronto tendré oportunidad de poner un granito de arena en mi sociedad que permita ayudar a las personas.

Y que en vez de lo anterior, se presente la desolación ante tantas ilusiones y planes de los jóvenes y los padres que esperaban realizar y cristalizar sus anhelos, que en vez de esto reciben un acta de defunción; no hay palabras de aliento, no hay palabras que puedan excusar o mitigar tanto pesar ante la pérdida de una hija ante el dolor, dolor, dolor.

Esperanzas, sueños, proyectos profesionales, proyectos personales, proyectos de vida de nuestras juventudes que no solo son el futuro de nuestros pueblos, sino el presente, el aquí y ahora, se ven truncados ya no solo por lo desprovistos de las condiciones económicas y falta de oportunidades que en muchas ocasiones no se les dan, sino porque de tajo se les está arrebatando la vida en manos de arteros criminales que sin la más mínima pisca de humanidad están atacando a sus congéneres.

“El Estado surge como un mal necesario a fin de garantizar paz y seguridad, así como para terminar con el estado natural de guerra perpetua entre los hombres”. (Thomas Hobbes).

La violencia que viven nuestras comunidades en el Estado está llegando cada vez más a niveles escandalosos, que por más halagüeños que sean los discursos desde las instancias del Estado, estos no tienen recursos que los amparen, con cifras que se matizan y tratan de ocular la cotidianidad, pues la realidad es totalmente distinta y adversa y pareciera que estamos ante un estado de guerra, la inseguridad no solo es una percepción o una nota periodística, es un escenario galopante y en escalada, que para muchos en desolación parece que nunca terminara, porque día con día se les está arrebatando la vida a niñas, niños, jóvenes, mujeres y hombres de todos los estratos sociales.

Una vez y otra vez y todas las veces que sean necesarias esta pluma, este tintero y esta voz estará junto a miles de voces que reclaman y aclaman justicia, nuestras comunidades están bajo un crónico problema de inseguridad, violencia y criminalidad que impactan en todos los aspectos de la vida, basta ya de discursos sin recursos, basta ya de eventos lucidores para la foto de portada, basta ya de que en muchas ocasiones la misma autoridad del Estado criminalice a las instancias Municipales con escusas inverosímiles, escusas para darle carpetazo a la misma investigación y al traste al hecho consumado, escusas que tratan de desviar de una manera burda con tintes Políticos. Bajo estos argumentos impera la preocupación y cuestionamientos respecto a los modos y formas del como nuestras autoridades Estatales enfrentan el problema tan grave que vive nuestro Estado, ante la crisis dolorosa y dramáticas manifestaciones de violencia e inseguridad, que sobre este panorama los diagnósticos si es que los tienen y las estrategias si es que las hay, para contener estos fenómenos han sido simplemente insuficientes.

Es un llamado más a las instancias de procuración de justicia del Estado a utilizar todos los recursos humanos y materiales, todos los medios y modos disponibles para atacar este mal que nos aqueja a todas y todos y no navegar bajo ninguna excusa ante sus múltiples incapacidades.


Diego Varela de león.
Libre pensador, amante de la música, la lectura y el deporte.


 
 

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