Uno de las cuestiones que se siguen presentando en mayor o menor medida, pero que denota en contextos es una prevalencia en el tema del acoso escolar o mejor conocido como bullying cuyo término proviene del vocablo ingles bull, que significa toro, y se asocia a este animal como una figura de fuerza y ​​superioridad, que aparentemente se traduce en las circunstancias de poder y se ejerce un predominio sobre los demás, es decir que se refiere al maltrato físico y/o psicológicos que se produce de forma deliberada y continua que recibe. un alumno por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente, con el objeto de someterlo y asustarlo, con vistas a obtener algún resultado favorable para los acosadores o simplemente para satisfacer la necesidad de agredir y destruir.

El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros, este tipo de violencia se caracteriza por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder que es ejercido por un agresor más fuerte que la víctima, sea una fortaleza real o percibida subjetivamente, la persona maltratada queda así, expuesta física y emocionalmente ante el maltratador, lo que genera como consecuencia una serie de secuelas psicológicas, y es muy común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela o bien salir a la calle y que se muestra muy nervioso, triste y solitario en la cotidianidad de su día a día, y en algunos casos la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio por lo fuerte que es la situación para la víctima.

Y entre algunas de las características que suelen incluir conductas de diversa naturaleza relacionadas al acoso escolar, como burlas, amenazas, agresiones físicas, aislamiento, igualmente originan problemas que se repiten y prolongan durante cierto tiempo, lo que es provocado por un alumno y apoyado por un grupo de estos contra una persona que se encuentra indefensa o vulnerable, y esto se mantiene debido a la ignorancia o pasividad de las personas que rodena a los agresores ya las víctimas, sin intervenir directamente, de igual modo las víctimas desarrollan miedo. y rechazo al contexto en el que sufren la violencia como pérdida de confianza en sí mismos y en los demás, así como disminución del rendimiento escolar e incluso muchas veces pérdida del apetito y del sueño, también disminuyen la capacidad de comprensión moral y de empatía del agresor, mientras que se produce un refuerzo de un estilo violento de interacción, respecto a las personas que observan la violencia sin hacer nada para evitarla (espectadores) se produce falta de sensibilidad, apatía e insolidaridad.

En el mismo sentido el acoso escolar al igual que la propia sociedad se han visto inmersos por las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) de tal suerte que podemos hablar de un nuevo fenómeno como el ciberbullying como se le ha denominado al comportamiento que definimos como la manifestación del acoso escolar que se producen plataformas virtuales y herramientas tecnológicas, y estos nuevos permiten al acosador de ampararse en el anonimato para poder acosar a la víctima, o bien para difundir las intimidaciones, agresiones o amenazas. a la que someten a sus víctimas, permitiendo con ello, la divulgación de su comportamiento y superioridad respecto del acosado o víctima.

Pero como detectar si un alumno sufre bullying, ya que en algunas de las ocasiones los padres y profesores son los últimos en enterarse de lo que les ocurre a sus hijos y alumnos, pues la vergüenza o el miedo a las represalias son los principales motivos por los que estos no lo manifiestan verbalmente. Es por ello que los papas o cuidadores primarios deben estar atentos a una serie de señales o indicios tales como cambios de humor y de comportamiento, tristeza, llantos o irritabilidad, trastornos del sueño y/o en el apetito, dolores somáticos, dolores de cabeza, estomago o vómitos, frecuentemente pierden o se deterioran sus pertenencias escolares o personales, de pronto aparecen con golpes o raspones que manifiestan que son por caídas o accidentes durante alguna actividad deportiva o recreativa, poca o nula relación con sus Compañeros, se niega ir a la escuela o se le denota temor al ir a esta.

También los profesores deberán estar atentos a la relación de los alumnos en los pasillos, en los patios, áreas de juego recreativas o deportivas, pues no olvidemos que los peores momentos para una víctima de acoso escolar es cuando los profesores no están presentes y para detectar algunos indicios de acoso escolar entre otros podemos asentar la no participación habitual en las salidas del salón de clases, así como las risas o abucheos repetidos durante la clase contra determinados alumnos, de igual forma el alumno que se queja de forma persistente de ser insultado. y/o agredido, o bien aquel que manifieste que le roban sus cosas en el salón o se le pierden, también observe el aislamiento, cambios de comportamiento y del estado de ánimo, así como escasas o nula relación con sus compañeros, igualmente evidencias físicas y de violencia y de difícil explicación como pueden ser moretones o raspaduras y la variación en la participación en clases y el rendimiento académico.

Por último y no menos importante asentar que para poder erradicar estas conductas de acoso escolar (violencia), es por demás fundamental que se elaboren programas y proyectos de intervención y seguimiento sobre la “promoción de convivencia y participación escolar positiva” orientados a la no violencia y la construcción de paz con pleno respeto a los derechos humanos y con una visión de la escuela positiva en los centros escolares, con principios inspirados en una educación para la prevención de conflictos y solución pacifica de los mismos, tolerancia y la libertad como principios democráticos de sano. convivencia y la no violencia en todos los ámbitos de la vida personal, escolar, familiar y social.


 
 

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