Nueva York (EFE).- El juicio por narcotráfico contra el expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández comenzará en su fondo este miércoles en Nueva York tras la selección del jurado que decidirá si el exmandatario es culpable o no de los delitos de los que le acusa EE.UU. y que le enfrentan a un máximo de cadena perpetua.

Los 12 miembros del jurado y los seis suplentes cuyas nombres no se conocerán por seguridad se eligieron tras un lento proceso en el que contestaron preguntas del juez Kevin Castel, que también fue el magistrado del juicio contra Tony Hernández, hermano del expresidente y que cumple cadena perpetua en Estados Unidos por narcotráfico.

Castel dará instrucciones este miércoles a los jurados tras lo cual la Fiscalía comenzará a presentar sus argumentos contra Hernández, seguidos luego por la defensa del expresidente, a quien se le imputan tres cargos relacionados con la importación de cocaína a Estados Unidos y la posesión y uso de armas de fuego para ese cometido.

Estaba previsto que este juicio, que se extenderá al menos por tres semanas en el tribunal federal para el distrito sur en Manhattan, comenzara el pasado enero pero se aplazó en tres ocasiones e incluso trascendió que Raymond Colón, el principal abogado de JOH, como se conoce al exmandatario, pidió hoy al juez otro aplazamiento que fue denegado.

Unas 40 personas de diversas edades y en su gran mayoría profesionales -enfermeras, abogado, maestros, un actor, una veterinaria, entre otros-, se entrevistaron siguiendo un cuestionario preestablecido por el tribunal para estos procesos, tras lo cual se fueron descartando candidatos a jurado.

La selección del jurado
Finalmente, la selección de las 18 personas se hizo luego de que el juez les entrevistara uno a uno sobre al grupo que quedaba sobre su profesión, dónde viven y nacieron, si son dueños de su propiedad o alquilan, su preparación académica, a qué se dedican, o dónde ven sus noticias, qué programas ven, cómo se divierten, si tienen redes sociales, entre otras.

Mientras, el expresidente hondureño, flanqueado por sus abogados Colón y Renato Stabile, nombrado por la corte, seguía calmadamente todo el proceso a través del traductor y miraba constantemente su computadora.

Hernández, que presidió el país en dos mandatos entre 2014 y 2022, llegó a la sala dejando atrás su uniforme de presidiario que cambió por un conjunto oscuro de chaqueta y corbata azul claro, el mismo que usó durante su segunda toma de posesión.

En los juicios en EE.UU., los acusados no usan su uniforme de la cárcel para evitar que esa imagen influya en el jurado.

Estaba previsto que en este mismo juicio fueran juzgados junto al expresidente Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, exjefe de la Policía Nacional bajo el gobierno de Hernández y el expolicía Mauricio Hernández Pineda, que se declararon culpables a principios de mes.

El juicio contra Juan Orlando Hernández
Hernández se ha reiterado en su inocencia y en que las acusaciones en su contra son “falsas e injustas”, y que se basan en el testimonio de “narcotraficantes confesos”.

La Fiscalía citará como testigos a narcotraficantes que cumplen su condena en este país y quienes según el expresidente “son capaces de decir cualquier mentira con tal de lograr su venganza contra mí y la reducción de sus penas, no pagar por sus crímenes contra cientos de hondureños y tener nuevas identidades para sus familias”.

Según trascendió hoy, la primer testigo en este caso podría ser una mujer cuya identidad se desconoce que fue novia de un líder de la MS-13 en Honduras, Alexander Mendoza, “Porky”, quien identificará las voces en una grabación que la fiscalía presentará como evidencia.

Un gran número de hondureños asistió hoy al inicio del proceso contra Hernández y realizaron además una protesta frente al tribunal con carteles en los que se podían leer consignas contra JOH, llamándole “narcopresidente” y “corrupto” y merecedor de “3 cadenas perpetua”, y también contra sus “socios testaferros” y su esposa Ana García, a la que se reclamaba “extraditar”.

Hernández, capturado el 15 de febrero de 2022 en su domicilio, en Tegucigalpa, y extraditado el 21 de abril de ese mismo año a Estados Unidos.


 
 

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