Burgos (EFE).- El toque de campanas es un lenguaje universal, que aderezado con su seña de identidad local igual avisa al vecino de la hora de la misa que lo alerta ante un incendio, o intenta deshacer un nublado que amenaza con pedrisco la cosecha, creando así un código de comunicación que el envejecimiento de la población y el abandono del medio rural están haciendo desaparecer, con lo que ello supone de pérdida de un patrimonio inmaterial protegido por la UNESCO.

Tån:talán, una plataforma web interactiva diseñada por el artista burgalés Silberius de Ura (alter ego de Jesús Silverio Cavia), persigue preservar esa parte la cultura de los pueblos y las ciudades, a través de un registro documental de sonidos de campanas y toques tradicionales, de espíritu colaborativo y con un punto “romántico”.

“Las campanas están volviendo a tener protagonismo”, ha indicado a EFE el artista, al recordar que la UNESCO declaró Patrimonio Inmaterial de la Humanidad los toques de campana en 2022, y que existen comunidades de campaneros que recorren el medio rural para mostrar una tradición en desuso.

No solo toques religiosos
Los toques de campana son “como el WhatsApp de la antigüedad”, ha insistido Silberius de Ura, que tuvo su primer contacto con esta cultura popular hace un par de décadas, en Santillán del Agua (Burgos) cuando uno de sus vecinos más mayores le habló de la campana de ‘tentenublo’, que “tenía el poder de deshacer las tormentas, de convertir el granizo en agua”.

“Hasta entonces yo había pensado que los toques de campana eran solamente para llamar a misa”, ha admitido, y a partir de ese descubrimiento, Silberius de Ura fue aprendiendo que existen toques religiosos (llamar a misa, repiques festivos, tocar a muerto) y otros civiles (avisar de un incendio, del amanecer o de la salida del rebaño comunal).

Y que, si bien hay toques específicos de pueblos o comarcas, otros son universales, pues en Ourense, el burgalés ha encontrado el toque de ‘tentetrono’, exactamente igual al de Santillán del Agua, a más de 500 kilómetros de distancia.

De ahí la “urgencia” por recuperar una forma de comunicación universal que está desapareciendo, pues perder los toques de campanas supone perder “una cultura de cientos de años” y una lengua “antiquísima”, un código de comunicación que regía la vida de los pueblos hasta hace medio siglo.

Más de ochenta conjuntos de campanas
La plataforma interactiva Tån:talán arrancó el pasado mayo, en un nuevo proyecto de fusión entre la tradición y la vanguardia, muy al estilo de Silberius, y en estos primeros meses ha conseguido reunir sonidos de campanas de más de ochenta municipios, de Burgos y de otros puntos del país.

Hay toques de campanas de León, Valladolid, Palencia, Ávila o Soria, dentro de Castilla y León, pero también de Ourense, Álava, Valencia, Navarra, Teruel o Zaragoza, algunos documentados por él mismo, otros enviados por colaboradores, pues el proyecto está abierto a la participación de todo aquel que esté interesado por este aspecto de la etnografía española.

La plataforma recoge imágenes de las campanas, información histórica, cultural y material sobre las mismas y registros sonoros de los diferentes toques, con la posibilidad además de trabajar con ellos para realizar grabaciones y poder compartir creaciones artísticas.

Una “guía de viajes” diferente
Silberius de Ura ha insistido en la importancia de dejar constancia documental de esta parte de nuestra cultura, que él mismo va recabando gracias a sus contactos y sus viajes profesionales, con su música y proyecto profesional Neonymus, así que los toques de campana se han convertido también en una “guía de viajes”.

Guía que tiene algunos hitos, como el Monasterio de San Pedro de Cardeña (Burgos), donde ha podido grabar el sonido de la campana María Bernarda, “romana, muy grande”, y otros por llegar, como la Catedral de Palencia, que le hace una “ilusión enorme”, y la Catedral de Burgos, a cuyas campanas todavía no ha tenido la posibilidad de acceder.

Silberius de Ura tiene, además, otra ilusión, que el proyecto Tån:talán pueda llegar al ámbito educativo, a alumnos de Primaria y Secundaria, a los que se les enseñe el arte del tañer la campana y, quién sabe, puedan acabar introduciendo un toque campanero en una canción de hip-hop, aunque lo importante es que la tradición, y su cultura, se preserven.


 
 

POST GALLERY