Cuidar y trabajar, ese es el desafío al que nos enfrentamos las mujeres al buscar nuestra independencia financiera, esta disyuntiva la vivimos día a día, sin importar si somos mujeres solteras, casadas, jefas de familia, siempre existe la carga de cuidados a la que debemos responder.

 


A las mujeres se nos ha asignado el rol social de cuidados, en este sentido, si bien podemos decir que existen cada día más mujeres profesionistas integradas al mercado laboral, se debe tener en cuenta que deben realizarlo sin dejar de lado sus actividades de cuidados hacia sus: padres, hermanas y hermanos, hijos e hijas.

 


Comparemos el día a día de una familia integrada por una adulta mayor con alzhéimer, una persona con discapacidad motriz y por una hermana, Mayte y un hermano, Eduardo, ambos estudiaron derecho en la misma escuela, con los mismos recursos económicos, ahora ambos pertenecen al mismo despacho.

 


El día de Mayte comienza siempre a las cinco de la mañana, ayuda a su madre y hermana con discapacidad a bañarse, alista el desayuno, se encarga de enviar a su hermana en el transporte escolar, durante el día en la oficina debe estar al pendiente del regreso a casa de su hermana y de las comidas y medicinas de su madre; todos los días debe salir más tarde de la oficina para entregar la misma cantidad de trabajo que todos los demás, sin embargo, a veces no lo puede realizar porque se hace cargo de los cuidados por la noche de su hermana y madre.

 


Mientras los días de Eduardo son diferentes, se  levanta a las 7 de la mañana, se alista para trabajar y cada mes obtiene el premio de puntualidad, además, ha podido enfocarse en un mayor número de casos en el despacho, por lo que le han anunciado un ascenso, mientras que a Mayte le han dado un ultimátum debido a los retardos mensuales que tiene.

 


Cuidar y trabajar, esa es la vida de Mayte y de muchas mujeres en el mundo que deben malabarear el trabajo de cuidados no remunerados, con su vida profesional, como en el caso que les compartí la carrera en el mundo laboral de las mujeres es desigual, es por eso que debemos asegurarnos que ellas hagan este maratón con mayores medidas integrales y por supuesto asegurarnos de la redistribución del trabajo de cuidados.

 


En este sentido, el gobierno de México en colaboración con ONU Mujeres ha establecido una “Alianza Global por los cuidados”, se trata de una serie de acciones y políticas públicas encaminadas a lograr que el empoderamiento económico de las mujeres no se encuentre lleno de obstáculos sociales y estructurales, que abonan a la desigualdad entre hombres y mujeres.

 


El camino profesional tanto de hombres y mujeres debe contar con los mismos escaños, en las mismas condiciones, sin embargo, nos encontramos consciente de que existen brechas de género que no lo permiten, es por ello que esta alianza global pretende disminuirlos para que cada día más mujeres sean autónomas económicamente.

 


El Estado Mexicano ha adquirido los siguientes compromisos:

 


Establecer las bases de un sistema nacional de cuidados. Se apuesta por la creación de centros gratuitos de cuidados integrales.

Promover un marco normativo que garantice el derecho a cuidar y recibir cuidados como un derecho humano. Reconocer la importancia del trabajo de cuidados es un gran paso para entender el gran trabajo atribuido a las mujeres.

Lanzar una campaña de sensibilización y socialización transformadora en tormo al trabajo de cuidados en México. Visibilizar estas desigualdades es indispensables para avanzar.

 


Finalmente, aprovecho este espacio para solidarizarme con todas las mujeres que como Mayte, todos los días se enfrentan al desafío de cuidar y trabajar, y a pesar de todos los obstáculos se convierten en grandes mujeres independientes y empoderadas.


 
 

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