Hace un tiempo introduje una frase a mi vida “tomar fotografías con el corazón” siempre que vemos un hermoso paisaje, visitamos un nuevo lugar o estamos ante un momento espectacular o extraordinario, no dudamos en tomar una fotografía o un video , queremos capturar la magia de ese momento para después revivirlo cuantas veces queramos, guardar ese instante maravilloso para después compartirlo con nuestros seres queridos y que ellos puedan sentir al menos un poco de lo que estaba pasando en ese momento de alegría.
En estos tiempos donde la época digital casi nos obliga a tener un celular siempre en la mano, que también es el mismo que nos permite guardar todos esos instantes para siempre, hoy los invito a tomar “fotografías con el corazón”, se trata de presenciar el momento, de disfrutarlo, de tomar un respiro y fundirse plenamente en ese instante donde nuestro corazón radiante y agradecido guardara en la memoria esas vivencias, se trata de capturar ese momento con la mirada, con la piel y los cinco sentidos, pero mejor aún capturarlo con el corazón, un lugar donde jamás nadie podría borrarlo o arrebatarlo un lugar donde nadie siquiera intentaría eliminarlo, justo ahí, en ese lugar seguro y sagrado.
Tomemos entonces “fotografías con el corazón”, disfrutemos de la abeja que posa en la flor, del niño que sonríe al acariciar a su mascota, del entusiasmo de los comensales con los que compartimos la mesa de un restaurante… de la lluvia, del sol, de lo espectacular y lo ordinario, tomemos “fotografías con el corazón” porque la eternidad es un instante y porque la vida son momentos.