MANUEL IBARRA SANTOS

 

A finales de la década de los sesenta del pasado siglo, el sociólogo y educador austriaco Iván Illich (1929/2002) planteó desde México para el mundo, una sociedad sin escuelas, que fuera atendida en materia de enseñanza a través de redes de cooperación entre profesoras y profesoras. Esa visión anticipatoria se cumple ahora, 50 años después, propiciada por el incremento exponencial de contagios por la presencia de la cuarta ola del coronavirus, en su variante ómicron.

En agosto pasado, habían transcurrido 18 meses del registro de una sociedad sin escuelas, por la irrupción devastadora de la contingencia sanitaria, sin que en ese tiempo se avanzase en la construcción de un sistema educativo híbrido, que combinara métodos de enseñanza de la virtualidad y presencialidad. Una vez más, en Zacatecas el destino nos alcanza, por la falta de capacidad, responsabilidad y compromiso.

Por profundas inercias negativas, en Zacatecas ha faltado iniciativa innovadora para sentar las bases de un nuevo sistema de educación que atienda las exigencias de un entorno de múltiples crisis, en el que se combinan en una especie de bomba molotov, los problemas económicos, sanitarios, sociales, culturales, de seguridad y violencia.

Frente a ese panorama, la educación de calidad y excelencia es el mejor componente que se puede usar como antivirus, para salir de las múltiples crisis que padece nuestra sociedad.

Hoy no contamos con un sistema de educación en Zacatecas que privilegie el uso de las tecnologías digitales y los profesoras y profesoras desempeñan sus funciones docentes con enormes limitaciones sistémicas, porque carecen del apoyo público del Estado.

A pesar de todo, los maestras y maestros, siguen siendo el mayor capital con que cuenta la educación zacatecana, por su entrega, pasión, compromiso y disciplina.

Alrededor de 500 mil alumnos de todos los niveles, de casi 5 mil planteles retornaron a clases no presenciales, en una entidad donde no se ha avanzado en la construcción de un sistema educativo para la virtualidad de la enseñanza, amén de los múltiples rezagos digitales que se padecen.

Aun así, es menester reconocer como positiva la decisión de retornar a las clases virtuales, con la finalidad de proteger la salud y la vida de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, así como de los trabajadores de la educación, ante el aumento de los contagios del coronavirus.

Aunado a lo anterior, tenemos otros desafíos monumentales, como el de recuperar los aprendizajes de calidad, debido a que el sistema educativo zacatecano, de los 32 en el país, registra impresionantes rezagos de eficiencia escolar.

En materia de eficiencia la educación zacatecana, durante los 20 meses transcurridos a la fecha de la contingencia sanitaria, se ha desplomado (del 21 al lugar 23), al menos dos posiciones del ranking nacional, siendo uno de los 10 sistemas de enseñanza en el país con bajos rendimientos (Fuente: SEP/2021).

La eficiencia terminal del sistema educativo se mide considerando el ingreso a educación primaria, contrastándolo con el egreso en enseñanza superior, que en Zacatecas es de sólo 22 (con cifras al año 2021), cuando el promedio nacional es de 26 egresos y el más elevado en la República lo ostenta la Ciudad de México, con 46.

Las entidades con los sistemas educativos de mayor eficiencia terminal, son las siguientes: Ciudad de México (46), Aguascalientes (42), Querétaro (42), Yucatán (40), Nuevo León (39), Tamaulipas (39), Hidalgo (36), Coahuila (36), Colima (33) y Sonora (33).

Se debe tomar en cuenta también que, por otra parte, en la mayoría de los indicadores de eficiencia terminal, Zacatecas presenta estadígrafos muy alejados de la media nacional.

Por si fuera poco, en nuestro Estado se ha mostrado nula eficiencia para avanzar en la creación de un sistema educativo virtual (y lo que ello implica) que haga posible el uso eficaz de las tecnologías digitales en los procesos de enseñanza – aprendizaje.

A eso hay que agregar que se carece a la fecha de un avanzado modelo de formación de docentes que actualice, entrene y capacite a maestras y maestros en el uso de las herramientas de la virtualidad pedagógica.

Poco o nada se ha realizado para aprender y reinventar los paradigmas educativos, luego de las experiencias traumáticas asociadas a la crisis sanitaria.

Algo se tiene que hacer con racionalidad y responsabilidad, para operar estrategias y mecanismos efectivos que promuevan procesos de aprendizajes de calidad, de lo contrario Zacatecas se seguirá deslizando por el tobogán de la ineficiencia, la ineptitud y los rezagos educativos. Y eso nos mantendrá en el subdesarrollo.

La iniciativa del gobernador David Monreal de plantear la vuelta a las clases virtuales es, sin duda acertada. Pero eso se tiene que acompañar de una estrategia pedagógica dirigida a recuperar los aprendizajes de calidad perdidos durante los dos años de la pandemia del coronavirus.

 


INTERNET PARA TODOS.

 


Zacatecas es uno de los siete Estados de la República con mayores rezagos en interconectividad y digitalización, según la más reciente Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnología de la Información en los Hogares (ENDUTIH), elaborada por el INEGI.

En el país, de acuerdo al INEGI, en México existen 84.1 millones de usuarios de internet, que equivalen al 72% de la población total de seis años y más. En Zacatecas, en cambio, solo 63 por ciento de sus habitantes tienen acceso a la autopista de la información, casi 10 puntos por debajo de la media nacional.

Las entidades con más baja interconectividad en el país, son las siguientes: Zacatecas (63%), Puebla (62.7%), Michoacán (60.3%), Guerrero (60.3%), Veracruz (58.9%), Oaxaca (55.0%) y Chiapas (45.9%).

La tecnología digital se ha constituido en un componente esencial para promover el desarrollo. De lo contrario, generará fuertes consecuencias de desigualdad social.

Esta circunstancia, ojalá pudiera revertirse con la concreción del ofrecimiento que ha hecho el gobernador David Monreal, de dotar a la población de internet para todos.

 


IVÁN ILLICH Y MÉXICO.

 


El educador Iván Illich hizo su propuesta de una sociedad mundial sin escuelas (porque “no servían a la sociedad”), cuando realizaba investigaciones educativas en México y residía en la ciudad de Cuernavaca (Morelos).


 
 

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