MANUEL IBARRA SANTOS.

 

            En los 17 meses que van de la administración de David Monreal, Humbelina Elizabeth López Loera ha conducido con madurez, prudencia y profesionalismo a la Secretaría de la Función Pública y ha legitimado al gobierno de Zacatecas, en su lucha en contra de la corrupción y a favor de la transparencia. Un aporte fundamental nada menor, si tomamos en cuenta que fue una de las banderas centrales de campaña del actual mandatario estatal.

Pero no solamente eso. La maestra en administración y especialista en finanzas y políticas de transparencia, ha logrado consolidar (en muy corto tiempo) la operación y la estructura de la Secretaría de la Función Pública, para servirle con eficiencia (y sin aspavientos) al gobierno de David Monreal.

Esta dependencia ha marcado equilibrios y diferencias por los óptimos resultados de eficiencia y eficacia que ha entregado a la sociedad el gobierno de David Monreal. Otro ente público que se erige con esta, como dos de las columnas de la administración estatal, lo es inequívocamente la Secretaría de Finanzas.

Sin equivocación alguna se puede afirmar que esos dos enclaves de la administración le dotan de los pilares de gobernabilidad a la administración de David Monreal. En específico, la Secretaría de la Función Pública que encabeza Humbelina Elizabeth López, le aporta la dosis de legitimidad necesaria, por los resultados concretos entregados a la fecha, que le dan al gobierno de Zacatecas, la viabilidad en el corto, mediano y largo plazo.

Sin desconocer lo complicado del contexto que se vive, Humbelina ha encabezado los trabajos de la Secretaría de la Función Pública con racionalidad, madurez y profesionalismo. Los clásicos dirían: se ha conducido en el ejercicio de su responsabilidad “con la sonda en la mano”.

Quienes le conocen, la describen de trato amable, cálido y respetuoso. Pero saben que en la toma de decisiones de su responsabilidad es firme e inflexible, si de respeto a la Ley se trata. Su madurez, no riñe con su juventud. Eso mismo rompe con esquemas y los mitos de que algunos jóvenes (no todos) se les dificulta trabajar acompañados de sensatez y madurez.

       

Pero no solo del combate a la corrupción y políticas de transparencia se responsabiliza la Secretaría de la Función Pública. Tiene muchas otras tareas que están precisadas en el texto de la propia Constitución local y/o bien en la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Zacatecas. Mencionemos algunas otras funciones que le competen:

            1).-Coordinar el sistema de control y evaluación gubernamental; 2).-Fiscalizar y practicar auditorias al gasto público; 3).-Expedir las normas que regulen los instrumentos y procedimientos de control interno de las dependencias; 4).-Evaluar y conocer -junto con la Secretaría de Finanzas y de Administración-, el uso de los recursos públicos; 5).-Validar los indicadores de gestión; 6).-Participar en los procedimientos de adquisiciones, arrendamientos y obra pública; 7).-Realizar las investigaciones y emitir los informes en materia de presunta responsabilidad administrativa y aplicar las sanciones correspondientes; 8).-Presentar las denuncias o querellas respectivas ante la Fiscalía General de Justicia; 9).-Revisar, registrar y dar seguimiento a las declaraciones de situación patrimonial y de conflicto de interés de los servidores públicos; y 10).-Participar en la comisión intersecretarial de gasto financiero, entre otras funciones.

En el procesamiento de todas estas acciones, Humbelina Elizabeth López ha mostrado conocimiento, profesionalismo y prudencia. El combate a la impunidad y la corrupción es una de sus mayores responsabilidades.

 

            EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN Y EL SENTIDO SOCIAL.

 

            El combate a la impunidad y la corrupción deberá estar siempre motivada por razones éticas y jurídicas, debido a que estas cuando se permiten afectan sobre manera a los sectores más pobres y vulnerables de nuestra sociedad. Eso lo reconoce Humbelina Elizabeth López.

En una sociedad como la mexicana, la práctica de la corrupción se ha constituido en una especie de embudo, en una singular metodología de corte fiscal oficiosa, que ha hecho posible que la riqueza se concentre en unas cuantas manos, representada por los sectores privilegiados.

Los estudiosos, expertos e investigadores del fenómeno, ha abordado el tema de la corrupción, desde cuatro enfoques teóricos específicos: 1).-El estatal rentista; 2).-El moral individualista; 3).-El delictivo / formalista; y 4).- el anómico/social.

En el enfoque estatal/rentista, la corrupción se ha convertido como una especie de “impuesto”, tolerado por el aparato de Estado, mediante el cual se auspicia la concentración de la riqueza de las naciones, solo en unas cuantas manos. Eso resulta a todas luces inmoral. Tal tendencia se tiene que revertir.

La corrupción representa un riesgo para los valores de las libertades individuales y colectivas, porque su práctica engendra contextos de inequidad, de trato social indigno, distorsiona la democracia y profundiza la pobreza y la desigualdad.

Una sociedad que tenga como objetivo reformular sus horizontes de prosperidad y desarrollo, no lo pondrá hacer en un escenario de prácticas corruptivas enraizadas.

Por eso, el combate a la impunidad y la corrupción es y debe ser, desde cualquier perspectiva, un imperativo ético y jurídico.


 
 

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