Sin duda otro de los paradigmas encaminados a la prevención y si o si, se tienen que cambiar es el tema de la educación basado en una perspectiva de formación en sentido pedagógico de todos y todas las personas con una visión del presente y futuro, en donde las personas ejerzan su libertad y la decisión de optar por la convivencia armónica y pacifica antes que violenta, en una comunidad ideal donde todas y todos pudiéramos vivir en esa armonía y paz social, que sin duda la gran mayoría deseamos, aunque en la utopía del idealismo cabrían un par de preguntas como ¿En nuestro país tendremos las condiciones necesarias para que las personas se conviertan en ciudadanos responsables y respetuosos de la ley? y la otras ¿nuestros sistemas educativos proveen de los elementos necesarios para formar individuos solidarios, con habilidades sociales y habilidades emocionales que sean capaces de vivir en comunidad? o acaso será que la precariedad económica, la pobreza, la propia ineficiencia en varios sentidos que encierra nuestro sistema educativo entre otros tantos factores, sean razones suficientes para resignarnos y vivir en la violencia y la agresión permanente, y la respuesta tendrá que ser que no, pues está demostrado en cientos y miles de casos que por supuesto no son factores determinantes para que una persona no estudie y pueda salir adelante y obvio en esta misma respuesta está el hecho de que mediante la educación es un excelente camino para lograr tanto la felicidad, prosperidad y una efectiva cultura de la legalidad en nuestra sociedad.

Y como parte del cambio de este paradigma, debemos iniciar por reformar el sistema educativo e introducir una visión sustancial de respeto a los derechos humanos obviamente iniciando por los tres órdenes de gobierno y a su vez por las instituciones de educación y prevención en nuestro país, así como en el profesorado y el estudiantado y en consecuencia permee en todas y todos una verdadera cultura de valores y principios de convivencia ciudadana adecuada, pues nuestras comunidades requieren de individuos que actuemos de forma responsable y ordenada, ya que el enfoque de seguridad ciudadana no se reduce a proteger a los ciudadano de primera o de segunda, pues la seguridad es un derecho humano para todas y todos, por lo que se debe trabajar en la formación de los individuos.

De tal suerte que debemos transitar desde una prospectiva donde se le apueste a la educación y la visión restaurativa, a corto, mediano y largo plazo, para que las políticas de educación y preventivas puedan traducirse en una reducción significativa de la violencia y el delito y a mejorar la calidad de vida en nuestras comunidades, pues sin duda tenemos un marco legal sino el mejor en el mundo si entre los mejores, además de que nuestro país cuenta con recursos e instituciones para tal efecto, entonces pues lo que debemos de hacer las y los ciudadanos, así como los responsables de las instituciones, será el de ocuparnos de que todo funcione lo mejor posible, pues no podemos sucumbir ante la irracionalidad y la barbarie de la violencia y el delito que lo único que nos dejara es la degradación y extinción humana sino tomamos cartas en el asunto.


 
 

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