Platicando sobre el tema de la inseguridad con un criminólogo, le comentaba que sigo sin entender porque tanta polémica en algo que me parece demasiado claro, y que desde mi punto de vista me parece no necesita mayor explicación sobre datos que en los números son más que entendibles, y si el resultado de marzo del 2025 fue de 89.5 a la baja respecto del año pasado que fue de 95.4, y lejos de sentirse halagüeños y redoblar esfuerzos porque ya bajaron unos puntitos, por angas o por mangas, una vez más el caso del municipio de Fresnillo en voz de su actual alcalde hace polémica del tema de la ENSU sobre la percepción de inseguridad que tiene la propia sociedad y que en los siguientes renglones de manera sucinta tratare de explicar el binomio realidad y percepción.
Sin duda alguna el tema despierta un sin número de opiniones, algunas a favor y otras en contra por lo controvertido del tema, y me atrevo a decir controvertido porque algunos para sus propios fines así lo han hecho creer a la sociedad cuando en realidad no lo es, tal vez para espiar culpas, o tal vez para darle la vuelta y no atender el tema. La Encuesta Nacional de Seguridad Publica Urbana, mejor conocida por su siglas como ENSU, que emite el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, sobre percepción de la inseguridad en nuestro país, y obviamente que a los señores números no se le escapa ninguna entidad, de las que en realidad tienen problemas de inseguridad, y está por demás decir que es un tema de trascendencia dentro de la cotidianidad social, dada la importancia que reviste el como se sienten (seguras-inseguras) las personas y cuál es su percepción sobre la inseguridad, y ante esto es necesario que partamos de una conceptualización que nos permita establecer de manera simple que la percepción no es otra cosa más que una sensación a partir de lo que los sentidos captan de alguna situación tanto exterior como interior y de la cual se forma una idea, un sentimiento de lo que es, y cómo es la situación en cuestión.
Ahora bien desmenuzando un poco más el tema, habrá que decir que la percepción no crea la realidad, pero si hacemos la proposición inversa, entonces pues la realidad es la que crea dicha percepción, y esta no siempre se basa única y exclusivamente en los datos que aporta la realidad. El tema de la inseguridad es un problema delicado y sensible y no son solamente la prevalencia y la incidencia delictiva son factores que hacen sentir a la sociedad que los niveles de seguridad son buenos o malos, deficientes e insuficientes. El tema va mucho más allá de las simplistas concepciones, pues intervienen varios factores entre ellos el espacio y el tratamiento que los medios de comunicación escritos, de radio, televisión y las distintas plataformas digitales conceden al tema, amén de las historias, relatos y rumores de vecinos, amigos y familiares, el índice delictivo, las aprensiones, los decomisos e incluso los muchos rumores que surgen al respecto, donde todo se conjuga e inciden de manera importante en la visión sobre el tema de la inseguridad, de ahí el miedo y la zozobra de vivir sabiendo que se está en considerable riesgo de ser víctimas del delito y la violencia, y que se puede lesionar y vulnerar algunos de los bienes tutelados en la ley como la propia vida, o bien el patrimonio que con mucho trabajo y esfuerzo las personas han hecho a través de los días.
Entonces pues dada la conceptualización podemos decir que la percepción se establece como determinante en las acciones que se desarrollan, a la vez, que lo que se hace, influye poderosamente en lo que se piensa, y todo esto se retroalimenta de lo ocurrido dentro del contexto social en el que se vive, es decir de la propia realidad que cada persona vive, y para que esto suceda, sin duda hay factores que intervienen en el resultado de esa percepción, tales como el miedo, las necesidades propias, las acciones, la violencia, las experiencias y objetivos, los roles que se desempeñan (estereotipos), la cultura, los prejuicios, las relaciones emocionales, y los medios de comunicación, lo anterior obviamente con sus variables contextuales e individuales, de tal suerte que si queremos que la percepción sea positiva, la realidad tendrá que ser en el mismo sentido.