El consumo regular de infusión de manzanilla puede ayudar a prevenir enfermedades hepáticas comunes como el hígado graso no alcohólico y la hepatitis leve

Por: Sandra Campó

Durante los meses de invierno, muchas personas en el Perú optan por tomar infusiones calientes para combatir el frío. Estas bebidas no solo reconfortan, sino que también ofrecen múltiples beneficios para la salud. Según datos del Ministerio de Salud (Minsa) y el Seguro Social de Salud (EsSalud), las infusiones naturales, como las de hierbas medicinales, forman parte de las recomendaciones para mejorar la digestión, fortalecer el sistema inmunológico y aliviar diversas dolencias comunes.

Entre las infusiones más populares se encuentra la manzanilla, una planta tradicionalmente asociada con la relajación y el mejoramiento del sueño. Sin embargo, más allá de sus propiedades calmantes, la manzanilla también es reconocida por su capacidad para proteger y fortalecer la salud del hígado, un órgano fundamental para la desintoxicación del organismo.

5 beneficios de la infusión de manzanilla para la salud del hígado
Estimula la producción de bilis: la manzanilla favorece la producción de bilis, un líquido digestivo que ayuda al hígado a descomponer las grasas. Esto facilita el proceso digestivo y reduce la carga sobre el hígado, previniendo la acumulación de lípidos en el órgano.
Tiene efecto antiinflamatorio hepático: gracias a sus compuestos como la apigenina y la luteolina, la manzanilla posee propiedades antiinflamatorias que pueden ser útiles para personas con inflamación hepática leve, como en casos de hígado graso o hepatitis leve.
Protege contra el daño oxidativo: la manzanilla es rica en antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres que pueden dañar las células hepáticas. Esto previene el envejecimiento prematuro del hígado y mejora su capacidad regenerativa.
Favorece la desintoxicación natural del cuerpo: al estimular la función hepática, la manzanilla contribuye al proceso natural de depuración del organismo, ayudando al hígado a eliminar toxinas acumuladas por la alimentación, medicamentos o el alcohol.
Mejora la digestión y reduce la carga sobre el hígado: la manzanilla alivia trastornos digestivos como la hinchazón, los gases y la acidez. Una mejor digestión reduce la presión sobre el hígado, que trabaja de manera más eficiente al no tener que procesar sustancias mal digeridas.
Enfermedades hepáticas se pueden prevenir al tomar manzanilla

El consumo regular y moderado de infusión de manzanilla puede ayudar a prevenir enfermedades hepáticas comunes, especialmente aquellas relacionadas con el estilo de vida, como:

Hígado graso no alcohólico (esteatosis hepática): asociado con una dieta rica en grasas y carbohidratos, y con el sedentarismo.
Hepatitis leve: si bien la manzanilla no cura infecciones virales, puede ayudar a reducir la inflamación en casos leves o en procesos de recuperación.
Colestasis: la manzanilla puede apoyar el flujo de bilis, lo que previene acumulaciones que afectan la función hepática.
Dispepsias hepatobiliares: trastornos digestivos relacionados con el hígado o la vesícula biliar, como digestiones lentas o pesadas.
Cabe resaltar que la manzanilla no sustituye un tratamiento médico, pero puede ser un complemento natural útil dentro de un enfoque de prevención o apoyo a la salud hepática.
El mejor momento del día para tomar manzanilla
El mejor momento para tomar manzanilla y aprovechar sus beneficios hepáticos es por la noche, después de la cena. Esto no solo contribuye a la digestión y al descanso, sino que permite que el hígado trabaje de manera más eficiente durante el sueño, cuando se activa su proceso natural de desintoxicación.

También se puede tomar después del almuerzo, especialmente si se ha consumido una comida abundante o rica en grasas, para ayudar al hígado a metabolizar mejor los alimentos.

Evita tomarla con el estómago vacío por la mañana, ya que sus efectos calmantes podrían causar somnolencia si se necesita estar activo. Además, como cualquier planta medicinal, se recomienda no abusar de su consumo y consultar con un profesional de salud si se toma de manera habitual, sobre todo en personas con condiciones hepáticas diagnosticadas o que consumen medicamentos.