Se recordará que el Presidente la la República Andrés Manuel López Obrador, el 16 de abril de 2019, firmó y envió un memorándum a los Secretarios de Educación, Gobernación y Hacienda, para detener y dejar sin efecto la reforma educativa impulsada en el sexenio inmediato anterior; desde ese momento el Presidente López Obrador bautizo a aquélla reforma como “la mal llamada reforma educativa”; el memorándum de referencia se dio a conocer y circuló por todos los medios de comunicación y redes sociales, tenía como propósito sentar las bases de las adecuaciones constitucionales y legales que habrían de realizarse a partir de ese momento para generar una nueva reforma educativa que conciliara los intereses de padres de familia, educandos, profesoras y profesores, sindicatos, autoridades educativas, etc, ese 16 de abril de 2019 fue el banderazo de salida para una nueva realidad normativa en el entorno educativo en el país; luego vinieron los trabajos legislativos en el Congreso de la Unión, Cámara de Diputados y Senadores corrieron el lápiz y en un ejercicio de parlamento abierto, permitieron la participación de la sociedad civil con foros, reuniones de trabajo y contribuciones de expertos en la materia para mejorar la inicial propuesta que el propio Presidente López Obrado había enviado al Congreso el 12 de diciembre de 2018. Posterior a las reformas constitucionales, finalmente el 30 de septiembre de 2019 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley General de Educación, es así como se cumple un año de la nueva realidad educativa en el país. En una síntesis muy apretada lo que se busca alcanzar en la nueva realidad educativo es: Cancelar la mal llamada “Reforma Educativa” de 2013; detener las afectaciones laborales y administrativas de las que fue víctima el magisterio; se reconoció a las maestras y los maestros como agentes de transformación social; se garantiza el derecho de las y los maestros a un sistema de formación integral, actualización y capacitación; se sientan las bases para una carrera justa y equitativa para las profesoras y los profesores; se instauran evaluaciones diagnósticas para la mejora continua de la educación; se eliminan los efectos de la evaluación vinculados a la permanencia; se reinstalan a las docentes y a los docentes cesados con el reconocimiento pleno de sus derechos laborales; se eliminan las sanciones contrarias a los derechos laborales de las maestras y los maestros; incorpora el concepto de educación inicial; hace obligatoria la educación superior; otorga expresamente la rectoría de la educación al Estado, la cual será: obligatoria, universal, pública, gratuita y laica; establece que la educación se basará en un enfoque de derechos humanos y de igualdad sustantiva; el Estado deberá establecer los criterios que deben cumplir las instancias evaluadoras para los procesos valorativos, cualitativos, continuos y formativos de la mejora continua de la educación; prioriza el interés superior de niñas, niños, adolescentes y jóvenes en el acceso, permanencia y participación de los servicios educativos; reconoce la contribución el derecho de los profesores a su formación, capacitación, actualización y evaluaciones diagnósticas; establece que la evaluación es diagnóstica y elimina el carácter punitivo; crea el Sistema para la Carrera de las y los maestros, el cual, estará bajo el mando de la federación en coordinación con las entidades federativas; elimina el INEE y crea el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación (en sustitución del Sistema de Evaluación Docente), el cual estará coordinado por un organismo público descentralizado con autonomía técnica, operativa, presupuestaria, de decisión, de gestión, con personalidad jurídica, patrimonio propio y no sectorizado; prevé el fortalecimiento de las escuelas normales y las instituciones públicas de formación docente; contempla que los planteles educativos tengan infraestructura, material, mantenimiento y condiciones dignas que contribuyan a la educación; ordena que entre los contenidos de la educación se encuentra la literacidad, entendida ésta como la capacidad de recibir y analizar información, mediante la lectura, dentro de un contexto determinado; cambia el término integridad de la familia, por el de integridad de las familias, como una forma de reconocer la diversidad en el concepto de familia; establece el derecho a gozar de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica; señala que la educación se regirá bajo criterios de equidad, de esta manera se buscarán combatir las desigualdades que prevalecen en el sistema educativo actual, por lo que se instrumentarán políticas para impulsar a las escuelas de alta marginación y a los estudiantes en situación de vulnerabilidad social; prevé la educación para adultos; establece que, en las comunidades indígenas, se impartirá educación plurilingüe e intercultural; mandata que la educación será Inclusiva, es decir, tomará en cuenta diversas, capacidad, circunstancias y necesidades de aprendizaje; Intercultural, para promover la convivencia entre personas y comunidades; Integral, o sea, educará para la vida; y de excelencia, definida como el mejoramiento integral constante que promueve el máximo logro de aprendizaje de los educandos para el desarrollo de su pensamiento crítico. Sin embargo, el lunes 30 de marzo de 2020 el Consejo de Salubridad General publica en el Diario Oficial de la Federación el “ACUERDO POR EL QUE SE DECLARA COMO EMERGENCIA SANITARIA POR CAUSA DE FUERZA MAYOR, A LA EPIDEMIA DE ENFERMEDAD GENERADA POR EL VIRUS SARS-COV2 (COVID-19); luego se implementaron las medidas para evitar la propagación generalizada del COVID-19 y la saturación de los hospitales, estableciendo entre otras “la jornada nacional de sana distancia”, confinando a los estudiantes, profesoras y profesores a sus hogares, trasladando los esfuerzos educativos a la intimidad de cada hogar, de cada familia en todo el territorio nacional. Así, la reforma educativa, esa nueva realidad, también esta confinada por el COVID-19, pues no se entiende una reforma a un sistema si, intempestivamente, por una pandemia, el sistema se inhibió, dejo de funcionar como lo venía haciendo, los centros educativos cerrados y las y los alumnos desde casa con el apoyo de sus familias, las profesoras y los profesores, hacen grandes esfuerzos para no perder el ritmo de la formación educativa para la vida; la reforma y sus efectos tendrán que esperar hasta que se supere la pandemia por el COVID-19.
Federico Carlos Soto Acosta.
Docente Universitario e investigador.