En la edición de esta columna pasada, pusimos sobre la mesa de análisis el “buen negocio que es la igualdad de género”, dejando en el tintero aquellos siete principios que la ONU ha establecido como ejes rectores para lograr que el empoderamiento económico de las mujeres sea una realidad.

De acuerdo con esta Organización Internacional, estos son los siete principios:

Promover la igualdad de género desde la dirección al más alto nivel.
Este punto refiere realizar un trabajo transversal, que permita implementar políticas públicas y programas en todos los niveles en los sectores laborales, que van desde los operadores hasta las acciones para lograr que las mujeres tengan acceso a puestos de toma de decisiones. 

Este eje planteado observa a la promoción de manera dual, pues pretende generar alianzas de prácticas para la igualdad de género entre las acciones estatales y las empresariales, en este sentido, se busca impregnar todos los sectores en todos los niveles.

Tratar a todos los hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo – respetar y defender los derechos humanos y la no discriminación.
Este eje se encuentra centrado en cerrar la brecha salarial, asegurar la misma remuneración por el mismo trabajo a hombres y mujeres, a través de políticas salariales de igualdad; asimismo, busca disminuir la discriminación en razón de género en el ámbito laboral.

Garantizar la salud, seguridad y una vida libre de violencia.
Recordemos que en nuestro país, es un gran reto integrar a las mujeres a los sectores de trabajo formal, pues más de la mitad pertenece al trabajo informal, donde carecen de seguridad social.

Por otro lado, asegurar una vida libre de violencia en los centros de trabajo es indispensable para que las mujeres puedan explotar todas sus capacidades y aptitudes.

Promover la educación, la formación y el desarrollo profesional de las mujeres.
Este principio busca formar más mujeres dentro de aquellas profesiones no tradiciones, con el objetivo de que se rompan los estereotipos dentro de las ocupaciones y lograr alejar el rol que se le ha dado en actividades de cuidado, por ello contamos con un mayor número de maestras, enfermeras, empleadas domésticas en comparación con los hombres.

Promover el desarrollo empresarial, cadena de suministros y prácticas de marketing.
Los números nos indican que menos del 7%  de las grandes empresas pertenecen a mujeres, en este sentido, este quinto eje busca centrar sus esfuerzos en aumentar el número de mujeres al frente de proyectos empresariales.

Asimismo, se convierte en indispensable compartir experiencias exitosas de modelos o programas de empresas entre naciones, con el objetivo de buscar replicarlas en otros países.

Promover el liderazgo comunitario y compromiso.
Las mujeres líderes deben ser reconocidas dentro de sus comunidades, sin embargo, aún existen prácticas discriminatorias que demeritan el trabajo que pueden llegar a hacer.

En este sentido, la ONU propone realizar un trabajo de sensibilización con las comunidades, empresas o centros de trabajo para erradicar prácticas discriminatorias y buscar el reconocimiento en este liderazgo.

Transparencia, evaluación e información
La evaluación de las medidas tomadas es indispensable, pues es de estas que pueden modificarse, ajustarse o replantearse las practicas o programas dirigidos hacia la igualdad de género.

Además, a raíz de esto pueden compartirse las experiencias exitosas para lograr replicarse en otros lugares del mundo.

Finalmente, cierro esta columna de opinión reconociendo todos los avances que las mujeres día a día tenemos en todos los sectores y que ahora las que lo han logrado comienzan a impulsar políticas, programas o prácticas desde sus espacios para lograr la igualdad, sin duda este manual de la ONU será de utilidad para continuar con los progresos.