Cada 11 de octubre el mundo conmemora el Día Internacional de la Niña, una fecha que nos invita a mirar con seriedad y esperanza el presente y futuro de millones de niñas que hoy crecen enfrentando desigualdades estructurales, pero también abriendo camino con fuerza, talento y determinación.

Las niñas de hoy son las mujeres que transformarán el mañana. Sin embargo, su desarrollo sigue condicionado por estereotipos, pobreza, violencia y brechas educativas que limitan sus sueños. En muchos lugares, las niñas todavía cargan con el trabajo doméstico no remunerado, enfrentan barreras para continuar estudiando o sufren matrimonios tempranos. Por eso, garantizar su derecho a una vida libre de violencia, a la educación y a la participación plena no es un gesto simbólico: es una obligación del Estado y una responsabilidad de toda la sociedad.

Desde el Gobierno de Zacatecas, los programas educativos que entregan mochilas, uniformes y útiles escolares, así como el fortalecimiento del Programa de Dignificación Escolar, buscan asegurar que las niñas tengan las herramientas necesarias para estudiar y construir su propio proyecto de vida. Estos esfuerzos son fundamentales para romper los círculos de desigualdad y para demostrar, con hechos, que cada niña cuenta.

Pero más allá de la infraestructura y los materiales, está la tarea más profunda: enseñarles a las niñas que tienen voz, que sus ideas importan, que pueden ser científicas, maestras, ingenieras, presidentas o lo que sueñen ser. Invertir en su educación con perspectiva de género es sembrar justicia social y construir comunidades más igualitarias.

Hoy celebramos a todas las niñas que desafían los límites impuestos y recuerdan a las personas adultas que el cambio comienza al creer en su poder. Porque una niña que estudia, que decide, que se sabe valiosa, es una semilla de transformación para toda la sociedad.