En Zacatecas, como en todo México, las mujeres han sostenido históricamente la economía: en la casa, en el campo, en los mercados, en los cuidados. Sin embargo, cuando se trata de acceder al poder económico real—al crédito, a los contratos públicos, a las grandes decisiones—seguimos estando al margen.
Eso tiene que cambiar. Y desde el Gobierno de Zacatecas, con la visión del gobernador David Monreal Ávila, estamos abriendo paso a una nueva forma de administrar lo público: con justicia, con transparencia y con perspectiva de género.
Porque el presupuesto público es poder. Y si queremos una sociedad más igualitaria, ese poder debe compartirse con las mujeres. Desde la Secretaría de Administración, estamos construyendo mecanismos para que más zacatecanas sean proveedoras del Estado, participen en licitaciones, impulsen sus negocios y se fortalezcan como actoras económicas.
Pero no basta con “invitar”, hay que quitar barreras. Por eso revisamos reglas, simplificamos procesos y abrimos información. Queremos que el dinero público circule en la economía local, sí, pero también que tenga un impacto directo en la vida de las mujeres que históricamente han sido ignoradas por el sistema.
Redistribuir el poder económico desde el Estado es una forma concreta de hacer justicia. Significa reconocer que las mujeres tienen derecho no solo a participar, sino a decidir, a competir y a beneficiarse en igualdad de condiciones.
La 4T también se juega en las contrataciones, en las compras, en cada peso que sale del erario. Y nuestra responsabilidad es clara: que cada peso que gastemos contribuya a cerrar brechas, no a repetirlas.
Porque no hay transformación real si las mujeres siguen estando fuera del centro de las decisiones económicas.