En este Día Mundial contra el Trabajo Infantil, refrendamos nuestro compromiso por garantizar que cada niña, niño y adolescente tenga derecho a la educación, el juego y la seguridad, y no a labores que pongan en riesgo su desarrollo físico, emocional y educativo.
Según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil 2022, el 16.7 % de menores de entre 5 y 17 años en Zacatecas realiza algún tipo de trabajo, una cifra que supera el promedio nacional. De ese total, el 8.7 % se encuentra en ocupaciones consideradas peligrosas, como las que se realizan en el campo, la construcción, la minería o en horarios nocturnos. Esta realidad no puede normalizarse.
Erradicar el trabajo infantil no es una tarea menor ni exclusiva de una sola dependencia. Se requiere visión de Estado, responsabilidad compartida y sensibilidad para comprender las condiciones que empujan a muchas familias a tomar decisiones difíciles.
En ese sentido, sería ideal avanzar hacia acciones integrales y coordinadas que respondan al desafío desde sus causas estructurales. Algunas de estas líneas de acción podrían incluir:
●Sinergia institucional entre la Secretaría del Trabajo, Educación, Salud y el Sistema DIF, para identificar y atender casos en sectores como el campo, la minería o los servicios informales.
●Impulso a programas de apoyo para familias vulnerables, que reduzcan la necesidad de que los menores asuman cargas laborales, fortaleciendo el ingreso adulto y el acceso gratuito a la educación, becas y alternativas económicas.
●Campañas de información y sensibilización que visibilicen la problemática local, difundan canales de denuncia y promuevan el retorno escolar como una vía de desarrollo y justicia social.
●Esquemas de monitoreo continuo, con metas anuales de reducción del trabajo infantil, evaluables públicamente y con participación ciudadana.
Estos esfuerzos, alineados con los principios de la Cuarta Transformación, deben partir del reconocimiento de que las niñas y los niños no trabajan: juegan, aprenden y sueñan. Asegurar que eso sea una realidad en Zacatecas es una tarea compartida, urgente y profundamente humana.
Desde la función pública, nos corresponde seguir construyendo condiciones que garanticen una vida digna para la niñez zacatecana. Porque un estado justo es aquel que protege a quienes más lo necesitan, y no hay mayor responsabilidad que defender el presente y el futuro de nuestras infancias.