El emprendimiento femenino ha crecido de manera significativa en los últimos años, pero las mujeres que deciden iniciar un negocio aún enfrentan múltiples obstáculos. A pesar de los avances en equidad de género y acceso a financiamiento, algunas barreras siguen limitando su éxito.
1. El acceso desigual a financiamiento
A nivel global, las startups lideradas por mujeres reciben menos inversión que aquellas fundadas por hombres. Según datos recientes, menos del 3% del capital de riesgo va a empresas con fundadoras femeninas. A esto se suma el sesgo inconsciente de inversionistas y bancos, que perciben a las mujeres como una apuesta financiera más riesgosa.

2. La carga de roles de cuidado
El emprendimiento requiere tiempo y dedicación, pero muchas mujeres siguen siendo las principales responsables del hogar y el cuidado de hijos o familiares. Esto limita su capacidad de networking, acceso a aceleradoras y participación en eventos clave para el crecimiento del negocio.

3. Falta de redes de apoyo y mentoría
Las redes de contactos son clave para el éxito de cualquier emprendimiento. Sin embargo, muchas mujeres tienen menos acceso a espacios donde pueden conectar con inversionistas, otros emprendedores y expertos en negocios. Aunque han surgido más comunidades de apoyo, el ecosistema aún está dominado por hombres.

4. Brecha de confianza y autoexigencia
Las mujeres suelen ser más autocríticas y dudar de sus propias habilidades, lo que las lleva a postergar decisiones clave como buscar financiamiento, expandirse a nuevos mercados o negociar en mejores condiciones. Además, estudios han demostrado que los hombres aplican a oportunidades con un 60% de los requisitos, mientras que las mujeres solo lo hacen cuando cumplen el 100%.

5. Falta de políticas inclusivas en el ecosistema empresarial
Si bien cada vez más gobiernos y organismos crean programas de apoyo al emprendimiento femenino, estos aún son insuficientes o no están diseñados para resolver los problemas específicos que enfrentan las emprendedoras. La falta de incentivos fiscales, facilidades de crédito o capacitación con perspectiva de género sigue siendo una barrera.

¿Cómo avanzar hacia un ecosistema más equitativo?
Para reducir estas barreras, es clave:
• Impulsar fondos de inversión y programas de financiamiento dirigidos a mujeres.
• Fomentar la corresponsabilidad en los cuidados para que el emprendimiento no dependa solo del tiempo disponible de las mujeres.
• Crear más redes de mentoría y espacios de networking para conectar a emprendedoras con oportunidades reales.
• Promover la educación financiera y de liderazgo con enfoque de género.
• Implementar políticas públicas que faciliten el acceso al crédito y reduzcan la burocracia para negocios liderados por mujeres.
El emprendimiento femenino no solo es una cuestión de equidad, sino de crecimiento económico. Romper estas barreras no solo beneficiará a las mujeres, sino a toda la sociedad.