Hoy más que nunca es importante o casi urgente hablar de este tema que tanta energía nos ocupa, el rencor y el resentimiento se vuelve una mochila pesada y obsoleta que logra perder el presente en el pasado, un pasado que si bien ha sido duro y desafiante no merece seguir robando el momento presente que es lo único que nos acompaña.

 


La primera reflexión es que perdonar no es lo mismo que olvidar, aunque a menudo creemos que si perdonamos tendremos que borrar de nuestra memoria la experiencia, pero no es así, siempre formara parte de los recuerdos y los podemos revivir cuantas veces queramos, lo que tal vez podamos hacer es contarnos una versión diferente de la historia, una donde el drama y la tragedia pierdan su estelaridad, que tal si ahora nos contamos una historia con un poco de más comedia.

 


La segunda reflexión, es que perdonar nos exige quedarnos anclados en relaciones de desigualdad donde el abuso o la injusticia se presentan reiteradamente, lo cierto es que se podrá perdonar y aun así tenemos la libertad de elegir salir de una relación donde el equilibrio y el respeto no están presentes. Además, creemos que estamos otorgando un regalo a otra persona, dándole la razón por sus acciones, cuando por el contrario el regalo lo estamos recibiendo en el momento en que estamos tomando la decisión de perdonar.

 


La tercera y última reflexión es una invitación a ver el perdón como un acto de amor hacia nosotros mismos, donde nos damos permiso de vivir una experiencia interna a través de la cual dejamos de sufrir por lo vivido, esto no incluye un acto de reconciliación necesariamente con el otro, ni incluyen las condiciones perfectas e ideales para llevarlo a cabo, es tan solo una decisión que un día sin más ni más podemos tomar. Se trata de una decisión únicamente, de hacer las paces con el pasado y sus actores tal cual haya ocurrido, lo que nos hace a su vez hacer las paces con nosotros mismos, porque no supimos actuar de otra manera, la forma como manejamos la situación fue tal cual podíamos hacerlo, ni más, ni menos, tomar una visión bondadosa hacia nosotros mismos y hacia los demás nos hará deshacernos de los juicios severos de como hubiera sido mejor tal o cual situación, permitiéndonos sentir por un momento esa sensación de liberar algo que habíamos estado aprisionando  por mucho tiempo.

 


Hablar del perdón puede ser un tema profundo y delicado para alguien que aún no esté preparado para liberar o imaginar una forma diferente de ver las cosas, pero la decisión siempre estará esperando a que la tomes para ganar lo mas preciado y valioso que podemos recuperar que es la paz y la armonía con nosotros mismos.