Como es muy bien conocido por muchos, el proceso de pérdida o duelo, es uno de los sucesos más significativos y dolorosos en la vida de un ser humano. Podemos vivir una vida entera a medias, sintiendo que algo nos falta para ser felices o que algo de nosotros nunca volverá a ser igual por la pérdida de un ser querido o por la pérdida de una situación, con esto no quiero decir que nos guste vivir aferrados al dolor y al sufrimiento ni que debamos olvidar la ausencia del ser querido por el contrario mi propuesta es trasmutar de la negación a una integración que al final resulte ser sanadora. 

 

Me queda claro que la mayoría de las personas hacemos lo mejor que podemos para sobrellevar el duelo y aun así seguir adelante y aprender a vivir ante tal acontecimiento.

 

Existe una teoría muy conocida por parte de la psiquiatra y madre de la tanatología Elizabeth Kübler Ross que consta de cinco etapas que van desde la Negación, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación, entendiendo que este no es un proceso secuencial o rígido, sino que se puede transitar de una etapa a otra en cualquier momento, o tener estadios que no respeten tiempo ni normas ya que cada individuo vive el duelo a su manera.

 

¿Por qué hablar de la negación a la sanación en el proceso del duelo? Pues bien, la negación es la parte de este proceso donde más nos cuesta reconocer nuestros sentimientos, es cuando más trabajo nos da compartir, externar o ponerle nombre a todo ese torbellino de emociones que estamos sintiendo, es entonces donde preferimos mejor esconderlas o negarlas pensando que esto con el tiempo nos puede ayudar y lo que nos damos cuenta tiempo después es que el tiempo no hizo ninguna labor, sino por el contrario contribuyo a llevar el proceso de manera aislada y con una carga emocional llevada en soledad… a continuación podemos dar algunos ejemplos prácticos de negación que muchas veces son utilizados como un gran recurso para mitigar un poco el sufrimiento:

 

1.- Interiorizar. - Se trata de ir siempre hacia adentro, no permitir hablar de nuestras emociones con nadie mejor entonces guardarlas, a veces esto sucede por que no existe con quien hacerlo o por una elección personal.

 

2.- Evadir el tema. – Puede resultar que la situación sea tan dolorosa que preferimos no tocar el tema, incluso tenemos frases como “vamos a hablar de cosas mas agradables” para cambiar de tema si alguien nos quiere poner en contacto con una emoción que consideramos negativa o triste, también consideramos que es de mal gusto preguntarle a una persona en proceso de duelo sobre como se siente al respecto con el fin de protegerla y así evitarle que vuelva a sentir ese dolor.

 

3.- Mantenernos activos todo el tiempo. - otra forma muy común de negación es no dar espacio a momentos de soledad o inactividad, también existe una creencia muy arraigada de no dejar sola a una persona que esta viviendo un proceso de duelo para protegerlo o acompañarlo en todo momento, incluso si se tiene la oportunidad de que esto suceda existe la tendencia a auto distraernos con música, televisión o videos que nos eviten llegar a momentos de reflexión o tristeza profunda.

 

Podemos entonces comenzar a ponerle un nombre a nuestra tristeza, dejarla salir, sentirla, vivirla…existen muchas maneras de hacerlo ya sea acompañados o en soledad, siempre procurando hacerlo al lado de personas que nos permitan tener un dialogo abierto, de corazón a corazón, otro método que puede ser utilizado es la escritura, donde se puede plasmar libremente cualquier idea o sentimiento que aquejen u oprima para permitir su expresión.

 

 Hablar de sanación puede resultar algo subjetivo, lo que es un hecho es que podemos llegar a un proceso donde la aceptación y la resiliencia dominen los estadios que sea esa gran pérdida el maestro de vida que puede llegar para transmutar el dolor y hacer emerger la joya que habita en el interior de cada ser humano doliente. “Solo sanamos un dolor cuando lo padecemos plenamente” así que sin forzar la situación con infinita paciencia y autocompasión encontremos lo que la vida trae después de haber tocado ese fondo que siempre nos llevara a salir a la superficie como personas mas humanas, sensibles y fortalecidas ante la adversidad.