La seguridad y la libertad son parte integral del bien común de las sociedades, y a su vez se relacionan e implican mutuamente. Y estos valores no son contradictorios sino complementarios, puesto que un ser humano no puede sentirse libre si no se siente seguro, y no puede estar seguro en detrimento de su libertad.
Debemos entender por prevención social de la violencia y la delincuencia al conjunto de políticas públicas, programas y acciones orientadas a reducir factores de riesgo que favorezcan la generación de violencia y delincuencia, así como combatir las causas y factores que los originan.
Una de las funciones u objetos específicos que tienen los cuerpos policiales es la prevención del delito, ya sea mediante normas jurídicas que desalienten las conductas delictivas, en razón de la posible penalización de la que pudiera hacerse acreedor una persona que delinque, igualmente a través de la disuasión, de la presencia, pero también a través de otras tantas medidas encaminadas a una mejor cultura de la legalidad imbuida a los ciudadanos, mediante su concientización en el aspecto cívico, por medio de actividades proactivas.
La prevención del delito, es la manera más sana y menos costosa tanto para el Estado como para los ciudadanos para contener conductas antisociales, ya que mediante los programas o métodos que implementen los cuerpos de seguridad en la sociedad se podrá evitar que dichas actividades antisociales se presenten.
Una de las formas evidentemente más exitosas respecto a la prevención del delito es el apoyo y la confianza que pudieran tener los ciudadanos para con sus policías, en razón de que este vínculo es muy importante porque habiendo la participación ciudadana en labores de prevención del delito, obviamente las conductas antisociales disminuirían significativamente, un ejemplo de ello es lo que comúnmente conocemos como “el policía de barrio” que antiguamente se les conocía como los serenos (agente policial que tiene estrechos vínculos de confianza y amistad con los habitantes de una colonia o barrio, donde presta sus servicios como representante de la ley). En un nuevo modelo Policial se establece la necesidad de crear actividades educativas, culturales, deportivas y recreativas para los ciudadanos en general, con el fin de desalentar la comisión de conductas antisociales y que generen cohesión entre el policía y la propia ciudadanía.
Una sociedad educada y culta, difícilmente pondrá su atención en la realización de conductas antisociales que afecten a los demás miembros de dicha sociedad a la que indiscutiblemente todos pertenecemos, y lo mismo podemos suponer cuando la mayoría de los ciudadanos tienen su mente ocupada en actividades deportivas, recreativas, culturales, y de sano esparcimiento, en virtud de que estas encausan al ser humano en una convivencia más civilizada sin que haya pie a conductas antisociales que pudieran ser perjudiciales para todos.
De igual forma asentamos que cuando un policía tenga en su vida un adecuado desarrollo humano integra, institucional y profesional, su actitud de servicio ante los ciudadanos será notoria, por lo tanto, obtendrá la confianza de los ciudadanos, para que de manera conjunta se puedan cristalizar mejores estadios en las labores de prevención del delito, e inscribimos que el actuar de nuestros policías no solo debe observarse la dedicación y disciplina sino que también un irrestricto respeto a las garantías constitucionales y derechos humanos de los ciudadanos, con un alto sentido del deber y espíritu de servicio.
Y si solo si se dan estos términos entre sociedad e instancias institucionales de seguridad publica podríamos aspirar a tener mejores estadios y construir otra realidad, y aun cuando podríamos pensar que estamos en los incipientes pasos intencionales para poder lograrlo, conscientes de que es un camino arduo y que en ocasiones pareciera convulsionarnos, no debemos claudicar, sino impulsar con renovados bríos todas las iniciativas proactivas que de origen son estupendas, solo estará en como echemos a caminar este andamiaje que en la lectura resulta fantástico y en la práctica aun esta nuestro talón de Aquiles.