Históricamente en el mundo, tanto a mujeres como a hombres se les han asignado roles y estereotipos culturales, distribuidos en funciones y ámbitos de actuación específicos y determinados según su condición biológica, lo que ha propiciado situaciones de desigualdad, asumidas por costumbre, reproducción de modelos, tradiciones, actitudes y creencias, que habitualmente son atribuidas a cada sexo. Y dentro del actuar de cada persona existen muchos factores que pueden propiciar, impedir y hasta condicionar nuestra actuación, dichos factores pueden estar basados en estereotipos, costumbres, tradiciones, mitos, roles, tabúes, prejuicios o creencias sociales, todo esto derivado de la carga cultural, producto del proceso socializador al que es sometido el ser humano en su vida personal, lo que representa una fuerte influencia en situaciones que generan el debido o indebido comportamiento ante situaciones de violencia.
Entre algunos conceptos, cuando definimos el enfoque de género entre otras cosas podemos decir que es una forma de observar la realidad social, con base en las variables sexo y género y sus manifestaciones en contextos determinados; se basa en el reconocimiento explícito del género como construcción social y cultural de procedencia histórica, que puede y debe ser transformada. Como metodología, el enfoque de género contribuye a la humanización de la sociedad y del desarrollo, puesto que en cualquier análisis se incluye por igual a hombres y a mujeres de forma manifiesta, y se desagregan los datos, de manera que se logra una visión más real y útil de cara a las actuaciones públicas y civiles y a su eficacia, y sus objetivos principales son la integración del principio de igualdad de oportunidades en todas las políticas y prácticas cotidianas públicas, evitar los desequilibrios y desigualdades existentes en la sociedad, acabar con las discriminaciones no sólo por sexo, sino además por etnia, por discapacidad.
Igualmente cuando intentamos definir la transversalizaciòn e integración de la perspectiva de género, decimos que este es un “proceso de valoración de las implicaciones para hombres y mujeres en cualquier acción planeada, incluyendo la legislación, políticas y programas, en todas las áreas y niveles. Es una estrategia para hacer de las preocupaciones y experiencias, tanto de mujeres como de varones, una dimensión integral del diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas y programas en todas las esferas, política, económica y social, de modo que ambos géneros se beneficien igualitariamente. El objetivo primordial es alcanzar la equidad de género”
De igual forma cuando llegamos al campo de la acción materializado en las distintas políticas publicas nos referimos a las medidas implementadas por el Estado en sus tres órdenes de gobierno, con la finalidad de alcanzar metas y objetivos en cuanto a la garantía de un enfoque de género y la transversalización de dichas políticas que como proyectos se plasman en diferentes documentos, y estos se traduzcan en acciones tendientes a la realización del objetivo de dichas políticas, del tal suerte que con la puesta en marcha de dichas políticas públicas en todos los ámbitos como Seguridad Social, Económico, Laboral, Educación, Seguridad jurídica, etc. se cristalice un enfoque donde se privilegien acciones especiales orientadas a garantizar los derechos de las mujeres y evitar que las diferencias de género sean causa de desigualdad, exclusión o discriminación. Asimismo, en el tema de Perspectiva de género en la actuación policial, esta implica la profesionalización y especialización de las corporaciones policiales para intervenir y dar la debida atención a las mujeres víctimas de violencia de familiar y de género, siendo esta una máxima prioridad en la actuación policial lo que propiciara una relación de confianza y credibilidad, hacia las instituciones policiales en un tema tan importante como lo es la protección de nuestras mujeres que son sin lugar a dudas pieza fundamental de nuestra sociedad y que por todos los medios y modos tenemos que proteger y salvaguardar su integridad y la totalidad de sus derechos.
Diego Varela de león.
Libre pensador, amante de la música, la lectura y el deporte.